“Mentir y comer pescado es algo de mucho cuidado”

Muchos turistas se exponen a que los estafen en España y, sobre todo, en Italia cuando en un restaurante inocentemente se ve que el precio de una langosta o una corvina es muy atractivo, pero se trata de cien gramos, no la ración entera

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César Cernuda, presidente de Microsoft para Latinoamérica, estrecha la mano del presidente Nayib Bukele tras firmar un memorándum de entendimiento para mejorar la digitalización. Foto EDH / René Quintanilla

Por El Diario de Hoy

2019-11-05 9:21:44

Mentir y comer pescado es cosa de mucho cuidado”, sobre todo esto último, lo del pescado, cuando se viaja en Europa y otros lugares del mundo.
Muchos turistas se exponen a que los estafen en España y, sobre todo, en Italia cuando en un restaurante inocentemente se ve que el precio de una langosta o una corvina es muy atractivo, pero se trata de cien gramos, no la ración entera, por lo que, al llegar la cuenta, en lugar de sesenta euros la factura es de cuatrocientos.
Acaba de suceder en Roma. Una pareja japonesa que vive en Alemania almorzó en un restaurante del centro de la Ciudad Eterna y pidió un plato de espaguetis con mariscos, listado en el menú por sesenta euros. Pero llegó la trampa: el dueño se acercó para sugerirles que un buen acompañamiento de pescado fresco complementaría el almuerzo, lo que ellos aceptaron.
La gran sorpresa fue recibir una cuenta por cuatrocientos y tantos euros, lo cual, por lógica, los comensales consideraron una estafa y lo denunciaron en las redes sociales, lo que de inmediato llegó a conocimiento de Trip Advisor. La estafa se hizo viral y el establecimiento va a la quiebra.
Lo prudente es siempre ver el menú, ver los precios y preguntar el costo de las raciones.
En otro caso, en Venecia, una familia salvadoreña llegó a un restaurante recomendado por la conserjería del hotel donde se hospedaban. Los sentaron y, cantando, les describieron “las exquisitas especialidades de la casa”. Pero nada de mostrar un menú.
La cuenta no fue de cientos, sino de miles de euros, los que tuvieron que pagar, cuando lo propio era llamar a la policía y quejarse.
Esto no sucede en la mayoría de locales, no es la costumbre en los países de la vieja Yugoslavia como Croacia o Montenegro, ni ocurre en Grecia, país que tiene una de las gastronomías más deleitables del mundo, ni es lo usual en El Salvador, sin duda la nación centroamericana que, pese a sus calamidades, tiene la mejor gastronomía de la región, comenzando por su comida típica.
Pupusas, favoritas en la mesa de propios y extraños
Aquí se comen pupusas, una especialidad que gusta en todas partes, además de nuégados, atoles y, lo más exquisito, el gallo en chicha, sin duda derivado del “coq aun vin” europeo que debe de haberse introducido por algún francés que sentó aquí sus reales.
Durante una reciente entrevista para promocionar la película “Once Upon a Time in Hollywood“, el actor estadounidense Leonardo DiCaprio —el de la laureada Titanic— afirmó que uno de sus platillos favoritos son las pupusas. “Soy un hombre de pupusas”, dijo con orgullo.
Durante la Serie Mundial de Béisbol, en el estadio de los Nationals, en Washington DC, el combo de pupusas llegaba a costar nueve dólares. A propósito, el próximo domingo los salvadoreños estaremos celebrando el Día Nacional de la Pupusa, con los tradicionales concursos y juegos, pero igualmente es importante no abusar con los carbohidratos y tener cuidado con los encurtidos.
Hay pupusas de chicharrón —pero solo cómanlas en casa, asegurándose de la procedencia del chicharrón—, como pupusas con loroco y de arroz al estilo de Olocuilta. Y también está el “shuco atole” pero para asegurarse de que no habrá problemas luego, hay que llevar a casa a la especialista y cuidar la calidad de los ingredientes.
Cada localidad del país tiene sus festivales gastronómicos, desde el variado de Juayúa hasta el de la yuca en Mejicanos, en todas partes se encuentran deleitosas preparaciones.