Luchemos por nuestros niños, luchemos por el futuro de El Salvador

No se puede ayudar a todos los niños y a todos los adolescentes, pero en la medida en que se enseñe algo positivo y útil a uno o a varios de ellos, se extiende el buen ejemplo, se disipan en parte las tinieblas que cubren los horizontes de la niñez en esta tierra.

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Por El Diario de Hoy

2019-09-30 9:33:41

En esta fecha debemos pensar en los niños y los adolescentes de El Salvador, en una niñez que, en su mayor parte, está desprotegida, amenazada, triste y casi sin futuro, la niñez que le tocará heredar el desastre de estos años, que está siendo manipulada y, las más de las veces, ignorada.

Miles de niños salvadoreños han arriesgado sus vidas y su integridad para llegar a Estados Unidos y así escapar de la violencia y del horror en incontables comunidades del país. Es ese el síntoma que define la situación de El Salvador, la clase de régimen que ha padecido, al igual que el desmoronamiento moral, institucional, de seguridad, económico y de horizontes.

Lo que toca a cada uno que tiene la posibilidad de hacerlo es ayudar a un niño o a varios niños o a los niños de una comunidad o un vecindario, a tener una mejor vida, a asimilar algo útil, a ser responsable, a pensar por sí mismos y a pensar con lógica, a saber razonar. Y mucho de esto se puede aprender con las manos, enseñándoles artesanías, poniéndoles a hacer cosas útiles en sus casas, a ordenar y limpiar.

No se puede ayudar a todos los niños y a todos los adolescentes, pero en la medida en que se enseñe algo positivo y útil a uno o a varios de ellos, se extiende el buen ejemplo, se disipan en parte las tinieblas que cubren los horizontes de la niñez en esta tierra.

Se debe hacer un esfuerzo colectivo de padres y familias para contrarrestar las lecturas del odio y la estupidez a la que se ha obligado a los escolares en El Salvador en todos estos años.

Hagamos Patria protegiendo a nuestra niñez

En una ocasión, un expresidente sudamericano dijo que era un lujo en su vida, como lo es en la vida de cualquier persona, no odiar. Y esa debe ser una tarea esencial en nuestro país: enseñar a los niños a no odiar, lo que pasa por reconocer el derecho de todos a tener sus propias ideas y querencias siempre que no sean las de odiar o de propagar el odio.

Si la caridad comienza en casa, la primera tarea de un padre y de todo adulto es proteger a sus niños de odios y protegerlos de la sinrazón.

Crecer en El Salvador, para muchos niños y adolescentes, es sobreponerse a las corrientes del odio, a sobrevivir los negros nubarrones que hay por doquier. Y fue en ese empeño que tantos niños afrontaron peligros para llegar adonde no se les persiga y no se les mate.

Proteger, educar bien a niños y adolescentes, es una de las mejores maneras de hacer Patria, de dar inicio al rescate de la Nación que, Dios mediante, comience pronto.