“Reformar la ley de aguas, las pensiones y ordenar la Asamblea Legislativa” son tres de los objetivos del cleptodesgobierno, que con el mayor descaro ha puesto sus ojos en los ahorros de los trabajadores, un bien que no es “público” sino que pertenece a los ahorrantes con nombre y apellido.
Caerle encima a las pensiones es el equivalente de querer robar cuentas bancarias, lo que al paso que va la insaciable tragadera del cleptodesgobernante no puede nunca descartarse.
Pero la voracidad del régimen no tiene límites, ahora entrampado entre sus crecientes deudas y los efectos de sus torpezas y imposiciones, de sus amenazas, sus ocurrencias.
La congresista demócrata estadounidense Norma Torres expone el drama de los países del Triángulo Norte de Centroamérica, de los más violentos del mundo, al afirmar que muchos migrantes están “escapando de los narcogobiernos” lidereados —los menciona en ese orden— por Nayib Bukele, Juan Orlando Hernández y Alejandro Giammattei.
El anuncio del nombramiento por el presidente Biden de Ricardo Zúñiga como su Enviado y el establecimiento de una fuerza especial para combatir la corrupción del Triángulo Norte centroamericano han puesto al cleptodesgobernante “muy nervioso de los nervios”, lo que le llevó a proponer de que en vez de hablar de “Triángulo Norte” se plantee el problema como de migración proveniente de la frontera sur, con lo cual cree podrá desviar la atención de sus atraques y corrupción a un asunto hemisférico.
Pero obviamente los estadounidenses deben de estar riéndose de los meneos de Bukele para que no investiguen lo que la diputada Torres señala con toda contundencia: los denunciados vínculos del Triángulo Norte con el narcotráfico, la robadera, los desplantes dictatoriales.
¿Por qué funcionan bien las alcaldías en Europa? Porque las administran personas capaces
La Asamblea desmintió que haya aprobado la ley del agua, como pregonan el oficialismo y sus troles, lo cual ha puesto en la mesa el tema de “la no privatización del agua”, retomando la agenda de activistas que defienden que disponer de agua, limpia y potable es un derecho natural, lo que contradice dos realidades:
—la primera, que el cleptodesgobernante ya santificó a uno de sus secuaces, el del agua chuca, maloliente, como “zar de aguas”, lo que augura un pésimo servicio para la población.
—lo segundo, que los pobladores solo tendrán buen servicio si “el Estado” dispone de los recursos para suministrarla, lo que no sucede cuando el clepto-régimen roba lo que puede.
Obviamente, si no hay dinero porque despellejan al país hasta del último centavo no habrá agua, pues inclusive ya se denunció, pero nunca se investigó, que se roban los dineros que pagan los usuarios por el servicio, una lacra que viene desde el pasado cleptodesgobierno, el de “los alzados en armas”.
Lo tercero, que pretender que el agua solo puede manejarse por “el Estado” reducirá grandemente los esfuerzos de entidades privadas para producir agua, como es el caso de quienes formen estanques o embalses que pueden montar las “cooperativas agrarias” (todas en bancarrota) en sus tierras.
Sacar a Santa Tecla de la dependencia de ANDA fue una de las iniciativas del actual alcalde con su plan de Hidrotecla. Los tecleños muy pronto aprenderán la lección, ahora en manos de un individuo que anuncio que viajará a Francia, Italia y España para aprender cómo se manejan las alcaldías allá, fórmula que es muy, muy simple: se administran por personas capaces...