Mil millones de dólares y el sentido de humor de Portillo Cuadra

Lo descrito coloca en manos de la gente en este suelo las tareas por cumplir, que es abrir los ojos y prepararse para votar el 28 de febrero

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Juan Carlos Portillo celebra el gol que anotó con Alianza ante AD Chalatenango en el Estadio Gregorio Martínez. Foto EDH / Cortesía Alianza FC

Por El Diario de Hoy

2021-02-17 8:18:09

Con gran sentido de humor el diputado de ARENA, René Portillo Cuadra, se pregunta dónde han ido a parar más de mil millones de dólares de fondos públicos que el régimen da a entender que fueron usados para combatir la pandemia, un destino que la gente con algún sentido de la realidad sabe: la mayor parte del dinero presumiblemente se “privatizó” en los bolsillos del “mismo de siempre” desde Nuevo Cuscatlán, del que se embolsa fondos de los cotizantes del Seguro Social, de las construcciones de nuevos “hospitales”, del reparto de bonos, de paquetes de semillas, de compras a sobreprecio, de los dineros aprobados para el FODES…
Siempre hay un encargado de los actos de magia, de mover dineros de un lado a otro, de autorizar compras. Él es… ¡no se necesitan más pistas!
Lo descrito coloca en manos de la gente en este suelo las tareas por cumplir, que es abrir los ojos y prepararse para votar el próximo 28 de febrero, acarrear consigo a amigos y parientes, meterse en autobuses del partido oficial de ser necesario, a menos se hayan convertido en masoquistas a quienes les encanta que los apaleen.
Hay muchos candidatos con buenas ideas, con programas para cuidar el medio ambiente, proteger a la familia, combatir la violencia… Pero siempre el eslogan debe ser: los buenos propósitos, todo lo que es deseable para nuestra sociedad solo va a alcanzarse si se ponen límites “al mismo de siempre”, al que impone sus ocurrencias, su envidia, su voracidad sobre este noble pueblo salvadoreño.
Es esencial que cada candidato revise sus posiciones, su apariencia, sus giras para lograr detener el desvalijamiento nacional.
No tiene sentido, como ejemplo, que un señor de barbas blancas pretenda llegar a los jóvenes, que son los indiferentes: aféitese y muévase diligentemente para conseguir ese apoyo, hable con sus lugartenientes, haga lo posible por despertar entusiasmo, haciendo ver, insistiendo, que el futuro de cada persona, de cada joven y niño, de cada familia no puede quedar en manos de un saqueador enfermo de megalomanía.
¡No cuesta predecir el desastre que espera a este país y a los jóvenes si “el mismo de siempre” sigue embolsándose fondos públicos!

Las tragaderas del cleptodesgobierno no tienen límite…

El cleptodesgobernante viajó a Washington pagando su gestión con fondos públicos, como es también que con fondos públicos que mantiene una firma de cabildeo para que le laven la cara, al igual que acá intenta aprovechar la vacunación para posar ante un ejército de fotógrafos oficiales con un propósito electoral en un procedimiento que debe ser eminentemente sanitario y humanitario.
Es también con dineros públicos que pagan su propaganda, la de los militares que se vendieron, la del candidato oficialista a la alcaldía de San Salvador, la de todos los candidatos del pestífero oficialismo incluidos unos sujetos con pasado delincuencial que pretenden hacerse con la comuna de Santa Tecla para forrarse.
A causa de los “préstamos”, que no son regalos sino dinero que nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos tendrán que pagar, pagar lo que el cleptodesgobierno se viene embolsando, la deuda del país está llegando al ciento por ciento del ingreso bruto, de todo lo que se produce en este país, desde alimentos, bienes esenciales, atención médica, obras diversas…
Sucede con las viviendas que los pandilleros, aliados del régimen, usurpan: ellos se refocilan en esas casas donde siguen planificando nuevas fechorías, mientras el dueño real tiene que pagar la hipoteca…
Con humor, Portillo Cuadra pregunta ¿qué ha pasado con esos mil millones de dólares?