La Asamblea debe eliminar despilfarros y no autorizar más deuda

El colmo de la desvergüenza es el ofrecimiento del cleptodesgobierno a Costa Rica de traer a cien enfermos de COVID-19 para ser tratados aquí, esmero que no recibió doña Ángela Carranza de Salazar, quien murió en el Hospital El Salvador, según denunciaron sus hijos

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Falta de contenedores para mover mercancía ha aumentado los costos de los fletes

Por El Diario de Hoy

2020-12-15 9:24:33

La Asamblea debe revisar con lupa el Presupuesto General de la Nación para el próximo año, eliminar los gastos en propaganda, los salarios que sobrepasen tres mil dólares, los dobles sueldos y, muy especialmente, la suscripción de nuevos préstamos, pues no puede nuestro país en las condiciones críticas en que se encuentra, tomar nuevos préstamos para que se roben el dinero.
Como se sabe, El Salvador ya no es elegible para un Fomilenio III, pues el tufo de la cloaca, del estercolero de la corrupción, llegó hasta Washington, la vez primera que se suspende ese programa que tantos beneficios trajo y pese a las sinvergüenzadas que previos desgobiernos perpetraron.
Es más que tiempo de que se termine con el desaforado saqueo, con esa descarada manipulación de dineros públicos que “desaparecen”, en vez de destinarse a fortalecer servicios esenciales, mejorar la educación, reparar y equipar escuelas, cuidar parques, monumentos, mantener en buen estado calles y carreteras del país, pues ni se paga el FODES ni se cubren los salarios de los empleados de la Asamblea ni se mejoran los servicios de aduanas.
Con la presidencia Biden, se ha dicho, las cosas van a cambiar, pues ni se van a tolerar transgresiones al orden constitucional, atropellos a periodistas, persecución de críticos al cleptodesgobierno, ni la manipulación de las leyes, incluyendo los pesos y contrapesos al poder.
Los sectores honestos deben pedir ayuda a la nueva administración Biden, no para saber quiénes están robando, pues eso hasta muchos escolares lo conocen, sino para ir tras esos caudales y restituirlos al país, establecer si se incurrió en operaciones de lavado.
El más reciente episodio en los meneos para impedir la transparencia en el gobierno fue la decisión de ocultar las sesiones del Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP) y dejar de grabar lo que se discute en ellas.
Es obvio que si se busca siempre eliminar todos los rastros del dinero, de lo que hace el cleptodesgobierno con los fondos públicos, es porque “hay mucho de podrido de Dinamarca” , como se dice en Hamlet.
La prueba más inequívoca del descarado “hueveyo”, como lo describe la muchachada en mi barrio, es impedir el acceso a las instalaciones del “Hospital El Salvador”, donde se dice que desaparecieron por lo menos unos treinta o cuarenta millones de dólares, a lo que debe sumarse lo que se “retiró” de los fondos de reserva del Seguro Social, más de veinticinco millones. Con el más descarado cinismo han dicho que ese dinero “se devolverá en servicios”.

Tomará mucho tiempo recomponer al país del saqueo del presente

El colmo de la desvergüenza es el ofrecimiento del cleptodesgobierno a Costa Rica de traer a cien enfermos de COVID-19 para ser tratados aquí, esmero que no recibió doña Ángela Carranza de Salazar, empleada del Hospital de Ahuachapán, quien murió en el Hospital El Salvador, según denunciaron sus hijos.
Nuestro muy apreciado y agudo observador de la situación nacional, Master en Derecho, Max Mojica, se pregunta cuánto tiempo tomará a los buenos salvadoreños recomponer nuestro país después del paso de la banda de depredadores en el poder, pero se calcula que varias generaciones sufrirán las consecuencias del saqueo y la incapacidad del actual cleptodesgobierno, incluyendo la restitución del Ejército y las fuerzas de seguridad a sus legítimas funciones, que son proteger a la población, no estar al servicio de un cleptodictador.