“¿Tenso diálogo” en el país? Los mesiánicos no dialogan, se imponen…

Cada paso, cada ocurrencia, cada movida, cada compra corrupta, cada desmán del cleptodesgobierno se trata de imponer a rajatabla sobre nuestro país sin admitir réplica, a lo que se suma la inacción de la policía frente al violento acoso contra sedes electorales y la oposición

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Oscar Pleitez, portero de AD Isidro Metapan. Foto / Cortesía AD Isidro Metapán

Por El Diario de Hoy

2020-12-03 7:18:24

Al “tenso diálogo” entre el régimen y las fuerzas vivas del país se refiere el embajador Johnson, a la vez que reitera su preocupación sobre el ejercicio de la libertad de expresión en nuestro suelo, permanentemente amenazado por el cleptodesgobierno.
“Diálogo”, en el sentido racional, o en cualquier connotación, no hay, como lo evidencian tantos hechos, el último de ellos cuando una turba de “nuevas ideas” privó de libertad a los miembros del Tribunal Supremo Electoral para forzarlos a aprobar un listado de candidatos de ese partido. Sólo basta ver cómo han enviado a grupos de militantes violentos a cercar las oficinas de las Juntas Electorales Departamentales en Usulután, Sonsonate y San Salvador.
Hablar de “diálogo” entre cualquier grupo social no domesticado equivale a decir que el régimen de Xi Jinping está “dialogando” con los grupos independentistas de Hong Kong al autorizar la “libertad irrestricta de alabanzas” en ese enclave en el océano chino, por más de un siglo un esplendoroso faro de libertad en “el mundo mundial”.
Cada paso, cada ocurrencia, cada movida, cada compra corrupta, cada desmán del cleptodesgobierno se trata de imponer a rajatabla sobre nuestro país sin admitir réplica, a lo que se suma la inacción de la policía, cuerpo que el cleptodesgobernante y metiendo mano en fondos públicos, “privatizándolos de hecho”, ha convertido en una guardia pretoriana a la usanza de la que estaba al servicio de los emperadores en Roma antigua.
El presidente Trump, derrotado por el mismísimo presidente Trump, no por el presidente electo Biden, evidentemente tomó como válida la sarta de embustes del cleptodesgobernante cuando lo visitó, que seguramente incluían el “permanente diálogo con el país”, fomentar la generación de empleo, combatir la corrupción, erradicar las causas del éxodo de salvadoreños a Estados Unidos… “etcétera, etcétera, etcétera”
Al menos hay una promisoria señal para los saqueados salvadoreños: el ilustre visitador de la Real Audiencia en nuestro suelo ha comenzado a abrir ligeramente un ojo y a remover la obligada mascarilla contra la pandemia, gracias a lo cual él mismo ha empezado a sentir la fetidez del estercolero…

Es tan evidente y apestoso el estercolero que ya no pueden esconderlo

Es claro que “diálogo” de ninguna naturaleza puede haber si el régimen cierra los mecanismos constitucionales de control de gastos, impide el acceso de auditores a verificar información y cuentas del Ministerio de Hacienda, ha desmontado, casi desde que asumió el poder, los pesos y contrapesos institucionales…
La clase de “diálogo” del régimen hacia los órganos independientes de información se manifestó en el instante mismo en que Bukele tomó posesión del cargo, cuando sus secuaces intentaron apresar a un fotógrafo de EL DIARIO DE HOY, lo que no se consumó gracias a la intervención de la entonces Procuradora de los Derechos Humanos, Raquel de Guevara.
No es del caso repetir en este espacio los continuos desmanes y atropellos del régimen, tanto al país como a los partidos de oposición, el más grave, el bloqueo a la entrega del FODES a las alcaldías, aun descontando lo robado: el dinero está disponible, pero el régimen de Bukele quiere, como una maniobra electoral, impedir que los municipios continúen con sus obras y programas de beneficio general para que queden mal ante la población.
No es posible ninguna clase de diálogo, aunque fuera “tenso” diálogo, con las paredes, con mesiánicos, con corruptos, con comunistas ni, como en este caso, con fascistas, el “neo” fascismo, el de Putin, de Lukashenko, de la narcodictadura de Maduro.
“¡Mussolini vive!”, gritarán algunos nostálgicos en Roma, como “¡Maradona Vive!” en Buenos Aires…
¡Que Dios se apiade de los salvadoreños…!