Watergate, el escándalo que derrocó a Nixon y el espionaje cibernético de Trump

Cuando los personajes que están a la cabeza de un Estado pierden la brújula, terminan por afectar al conglomerado, como una mayoría de alemanes en los Treinta veía con indiferencia, o aceptaba, las atrocidades perpetradas contra judíos, polacos, gitanos, disidentes políticos.

descripción de la imagen
En el portal de Revista Factum, se publicó una imagen en la que se da cuenta de la censura a su nota que contradecía la narrativa oficial respecto a los cadáveres encontrados en la fosa de la casa de un expolicía en Chalchuapa. Foto EDH / Captura de pantalla de Revista Factum

Por El Diario de Hoy

2021-06-15 9:27:05

En 1974, Richard Nixon se vio obligado a renunciar como presidente de Estados Unidos a raíz del escándalo de Watergate, que consistió en el ingreso de espías en la sede central del Partido Demócrata para obtener información sobre las estrategias electorales de cara a los siguientes comicios.
El escándalo llevó a una investigación, de allí se estableció un proceso, Nixon perdió la presidencia, lo que le llevó a una muerte política prematura.
En nuestros “dorados tiempos” no es siempre necesario meterse a una oficina para sacar información, aunque jueces y fiscales con frecuencia decomisan documentos, acarrean con libros de actas, llevan archivos. En nuestro suelo un grupo de señoras y señoritas fiscales se presentaron a sacar libros de actas y correspondencia de un par de ministerios en manos de cleptofuncionarios, pero fueron impedidas de hacerlo por la chafarotidad al servicio del régimen, cuando lo procedente en una democracia es que la policía y las fuerzas de seguridad respalden la labor de la Fiscalía.
Pero eso sucedía cuando en nuestro suelo había un orden de Derecho, que viene siendo pisoteado por el cleptodesgobierno desde sus inicios y mas a partir de los vergonzosos sucesos que inician el primero de mayo, cuando la Asamblea fue tomada por una recua de sumisos.
Nixon no tuvo mas opción para llevar a cabo el espionaje de sus adversarios políticos, como decimos, que romper candados y forzar puertas, escritorios y archivos.
Trump, como ha venido saliendo a luz en estos días, no derriba puertas ni rompe candados sino que entra en los teléfonos, los emails, las conversaciones de personas claves en su entorno y en los grupos de oposición, lo que equivale a repetir en forma mas refinada, las fechorías de Richard Nixon, que habría quedado como un muy buen presidente de no haber sido por esa gravísima falta de ética y procedimiento.
A lo largo de la presidencia de Trump, un populista con similar arrastre frente a “las masas” como don Adolfo en los Años Treinta y Cuarenta en la Europa Central, los espionajes, los escándalos con negocios de unos y otros en Ucrania, las lealtades que se rompen, las amenazas e insultaderas, llegan más lejos que lo actuado por Nixon, incluyendo pagos para callar a las actrices porno invitadas.

Las sanciones, los regañitos no erradican la corrupción política del Triángulo Norte

La terrible lección de todo esto es que un andamiaje político que se levanta sobre la simulación, el engaño, la censura, la amenaza, los insultos, cargan sobre los pueblos, deja secuelas, heridas que tardan mucho tiempo en curarse, en cerrar.
Cuando los personajes que están a la cabeza de un Estado pierden la brújula, terminan por afectar al conglomerado, como una mayoría de alemanes en los Treinta veían con indiferencia, o aceptaban, las atrocidades perpetradas contra judíos, polacos, gitanos, disidentes políticos.
Recomponer Alemania exigió muchos esfuerzos y sacrificios, como será el caso cuando en nuestro país tengamos que salir del estercolero en que el actual régimen nos está por hoy hundiendo, a lo que se suma superar el descalabro económico que todo endeudamiento sin límite conduce.
La administración Biden ha hecho ver que mientras no se controle la corrupción en el Triángulo Norte, no cesará la presión sobre la frontera sur de Estados Unidos, a lo que debe agregar un hecho: que sanciones, regañitos o regañotes, advertencias, cortes de ayuda de nada sirven para domesticar fieras humanas, ya que con frecuencia esas medidas las paga el pueblo sin hacer mella en los dictadores...