¿Por qué solo a nosotros?, dirán seguramente algunos de los nombrados en la lista Engel, pensando que los quemaron a ellos y no tocaron a otros.
“Paciencia, piojos, la noche es larga” y pronto, como lo afirman las autoridades de Estados Unidos, saldrán a luz más corruptos, les responden en las redes sociales.
Nadie puede tapar el sol con un dedo, como tampoco con leyes Bitcoins, promesas de aumento al salario mínimo y allanamientos a partidos se pueden ocultar los autores de crímenes tan repulsivos como la corrupción, el desvío de fondos de hospitales, de escuelas, orfanatos, para que unos pocos puedan “arreglar sus vidas”, o a costa de destruir el Poder Judicial.
La Encargada de Negocios de la Embajada de Estados Unidos, Jean Manes, explicó que la lista precisamente pretende ser un “disuasivo” para que otros que quieran embarcarse en aventuras de corrupción o prácticas antidemocráticas se lo piensen.
La Unión Europea ya anunció que hará lo propio con sanciones a los corruptos en esta tierra, de tal manera que ninguno de los señalados podrá viajar a esos destinos o, si entran, andarán con el miedo resultante.
El castigo en el fondo no es sólo el retiro de visas, sino la marca que deja y que hará que otros países o entidades mediten antes de entrar en relaciones o tratos con estas personas, además de que ellas se exponen a que EE.UU. les aplique la Ley Global Magnitsky para expropiarles cuentas, propiedades y otros bienes.
El que se emborracha con el poder sabe cómo comienzan las cosas y cómo siguen hasta cierto punto, pero no cómo van a terminar, y si no lo creen, pregúntenle a Saca o Funes, a quienes en conjunto se les acumula el saqueo de 652 millones de dólares de todos los salvadoreños, pero a quienes les llegó el brazo de la ley. Lo anterior, sin embargo, parece que quedará como una bagatela en comparación con el saqueo que se denuncia constantemente que se perpetra.
100 antimotines para tomarse la sede de un partido
Las reacciones del régimen a la difusión de la lista Engel fueron desde berrinches y desplantes, como decirle a Estados Unidos “que respete el proceso interno” de El Salvador o que “gracias, pero tenemos nuestra propia lista” hasta salir corriendo despavoridos cada vez que los periodistas preguntan a los diputados oficialistas sobre la lista.
En la desesperación porque no pudieron quitarle impacto a la lista Engel, ni con el Bitcoin ni con la promesa de aumentar el salario mínimo, el régimen mandó un centenar de agentes antimotines a tomarse la sede del partido ARENA, para poner ese hecho en agenda, no porque realmente busquen justicia.
La embajadora Manes ha insistido en que Estados Unidos quiere una separación real de poderes en El Salvador, es decir, que las instituciones no sean sirvientes del régimen, sino que funcione el sistema de frenos y contrapesos.
Esto puede marcar una ruta de progreso y permitir que empresas estadounidenses en China se vengan hacia esta región, según explicó.
Al no haber seguridad jurídica, confianza en las leyes, funcionarios capaces y honestos en el desempeño de sus funciones, no podrá revertirse el progresivo hundimiento económico que se sufre, lo que a su vez es el detonante de la emigración hacia el Norte.