A dos meses del vergonzoso 1M se da a conocer la llamada lista Engel con los nombres de altos representantes y allegados del gobierno de Bukele señalados tanto por actos de corrupción como por atentar contra la democracia salvadoreña.
Con cada uno de los incluidos, la lista parece enviar sendos mensajes y castigar hechos tales como la corrupción y el lavado de dinero, la destitución de los magistrados de la Sala de lo Constitucional, el pago de sobornos y oscuros intereses en asuntos como la venta de la isla Perico a chinos.
Sin embargo, se comenta que en la nómina faltan muchos más nombres de corruptos del actual régimen que podrían ser incorporados en los próximos meses. Con toda seguridad, algunos señalados se estarán preguntando “¿y por qué yo y no aquéllos...?”.
La Encargada de Negocios de Estados Unidos, Jean Manes, declaró que la lucha contra la corrupción es larga, compleja y continua, pero “seguiremos tomando medidas”.
Mientras, el régimen no para de lanzar cortinas de humo para distraer a la población, como lo del Bitcoin, que ha hecho de nuestro El Salvador el hazmerreír del mundo. Al preguntarle los periodistas sobre los señalados en la lista Engel, la bancada oficialista en la Asamblea salió huyendo en desbandada sin responder.
En lo que se considera un intento fallido de frenar el impacto de la difusión de la lista de corruptos, Bukele salió desde buena mañana a toda prisa para anunciar una propuesta de aumento del salario mínimo del sector formal, medida que invariablemente, quiérase o no se quiera, provoca desempleo y afecta a los jóvenes, a los mayores, a las mujeres, a las personas sin capacidades...
En las actuales circunstancias, cuando la mitad de la población ha caído en la pobreza y en la cual las personas que sufren esa condición están dispuestas a tomar cualquier trabajo con tal de tener algo para sustentarse y proveer a sus familias, hacer un anuncio como este solo para quitarse un impacto político es un jugar con las expectativas de la gente, una burla.
Lo de la lista Engel se viene anunciando, pero no se anticipaba la forma como iba a revelarse, una manera excelentemente articulada, lo que además ha sorprendido, pues “corruptos” no son necesariamente funcionarios o ex funcionarios, sino también individuos que abusan de sus posiciones, empuercan el ambiente y que ahora perderán propiedades y cuentas bancarias en Estados Unidos, además de no poder salir del terruño sin exponerse a arrestos.
Por más que busquen los picarazos no encontrarán agujeros donde esconderse
Se contaba la historia de un hombre que se molestó mucho cuando al piso superior de su vivienda se mudó alguien que al quitarse los zapatos los tiraba al suelo, ruido que fastidiaba al vecino, que subió a reclamarle. El de arriba se comprometió a tener cuidado, por lo que la siguiente noche, después de quitarse el zapato y dejarlo caer, recordó lo ofrecido, así que tomó cuidado con el segundo zapato. Media hora después el vecino de abajo toca a su puerta y le dice “no puedo dormir ¿cuándo deja caer su segundo zapato?”...
Ese segundo zapatazo y el tercero y el cuarto debe de tener en ascuas a los picarazos, pero es muy seguro, como que la aurora de sonrosados dedos aparecerá mañana (como lo expone Homero), que vendrán, “muy articuladamente”, uno a uno.
Los que tuvieron que ver en el golpe contra el Poder Judicial y el nombramiento ilegal de magistrados no podrán conciliar el sueño de ahora en adelante. Y no hay realmente cueva o agujero dónde esconderse...
Claramente congresistas y miembros de la administración Biden han expuesto su total rechazo a la corrupción en el Triángulo Norte, a la destitución ilegal de magistrados, a las amenazas a periodistas, al acoso a medios independientes, a todo lo que afecta la democracia, las libertades individuales, a no ser juzgados de acuerdo con las leyes sino con base en agendas escondidas, a quedar a merced de jueces que antes de iniciar un proceso tienen lista la resolución...
Queda el país a la espera del siguiente acto: la destitución de los corruptos y antidemocráticos.