Lucha contra el crimen requiere de liderazgo y evaluación constantes

Es primordial que tanto el Ejecutivo como la Asamblea fijen criterios para medir los resultados cada cierto número de meses, erogando los fondos destinados a la lucha de acuerdo con lo obtenido y lo que falta por conseguir.

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Se calcula que 2.8 millones de salvadoreños residen en EE.UU. y envían dinero a sus familiares a El Salvador. Foto EDH/Archivo.

Por El Diario de Hoy

2019-07-11 8:31:05

La determinación de llevar a cabo una exitosa lucha contra la delincuencia, el principal flagelo que enfrentan los pobladores en esta tierra, es la clave del éxito, lo decisivo en la lucha contra una casi maldición bíblica que no solo nos afecta a nosotros los salvadoreños, sino que está causando estragos en el norte del Hemisferio.

La cruzada contra el mal será exitosa en la medida que los encargados de realizarla tengan las credenciales adecuadas para llevarla a cabo, que los planes puedan evaluarse de acuerdo con metas establecidas, que haya plena respondabilidad (responsabilidad cualquiera la asume, pero respondabilidad es de los que realmente responden) de parte de los encargados.

Es primordial que tanto el Ejecutivo como la Asamblea fijen criterios para medir los resultados cada cierto número de meses, erogando los fondos destinados a la lucha de acuerdo con lo obtenido y lo que falta por conseguir. De no hacerlo así, en cosa de poco el tiempo se pueden gastar inútilmente grandes sumas, sin beneficios reales.
¿Quiénes van a fiscalizar el esfuerzo? ¿Cuáles son sus credenciales y su experiencia? Dejar únicamente en manos del Ejecutivo tal tarea es recargar las vitales funciones que dada la situación en que los efemelenistas dejaron el país, deben llevarse a cabo con urgencia.

Las áreas que requieren inmediata atención están a la vista de todos: el precario estado del sistema de salud, las malas condiciones de muchas escuelas y centros de enseñanza, que sufren al día de hoy la decisión del exmandatario, el de la peor presidencia que ha tenido el país, de anular el programa EDUCO de golpe para seguir manipulando el magisterio y la enseñanza; el muy mal estado de carreteras, calles y caminos, deterioro de la infraestructura…

Poner en pie a El Salvador es una enorme tarea

“Roma no se hizo en un día”; poner de pie a El Salvador es una enorme tarea que requiere el concurso de las mejores cabezas en nuestro suelo, de muchos insumos, ideas, debate, de contrastar opiniones, de decantar lo bueno y útil de la hojarasca.

¿Quién vigila tantos esfuerzos, programas, proyectos? La respuesta obvia es que esa tarea corresponde a todos los salvadoreños, a los medios de difusión, a los tanques de pensamiento, a la Legislatura…

Como nadie tiene, como tuvieron los dioses olímpicos, la capacidad de estar en todas partes todo el tiempo, la vigilancia se ejerce por cada ciudadano interesado, cada comunidad, cada cantón, cada grupo cívico. Todos los que piensan, o medio piensan, deben alertar sobre lo que no está bien, de sinvergüenzadas, de obras fallidas, de abusos y asimismo de éxitos.

En resumen, esa es una función que en parte realizan los medios informativos: ser los ojos y oídos de la gente, los “whistle blowers” como llaman los sajones a los que suenan las campanas para despertar a la gente de peligros que les acechan, ser la “voz de los sin voz”, como desde hace siglos se denomina a los que alertan de graves amenazas o delincuentes.

El buen Dios no dotó a ninguna de sus creaturas en nuestro mundo —un minúsculo grano de arena en una mediana galaxia parte de los cien billones de galaxias del cosmos— de saberlo todo, de anticiparlo todo, de ser tan infalible como en teoría son los papas de la Iglesia.