La justicia tendrá que ser más meticulosa, y la gente, más cuidadosa

Hay personas que presentan denuncias de abusos muchos años después y es la justicia la que tiene que determinar si hay caso o no, pero ahora tiene que ser más meticulosa para no ser instrumento de fraudes y montajes.

descripción de la imagen
La imprudencia de los motociclistas también ha contribuido a que se eleven las muertes de este tipo de conductores. FOTO EDH/ARCHIVO.

Por El Diario de Hoy

2019-12-05 6:33:57

Un pequeño movimiento cívico protesta en Corea del Sur porque basta una denuncia no demostrada para que envíen a la cárcel a una persona, como la pena de seis meses de prisión impuesta a un hombre de 39 años por supuestamente tocar el derrière de una mujer.
El caso causó indignación, no por la persecución de actos de ese tipo, sino porque se puede condenar a una persona sin más prueba que el testimonio de la víctima.
La Asamblea Legislativa acaba de elevar los manoseos indebidos a la categoría de delitos, con penas de hasta 12 años de cárcel, sobre todo en el caso de que las víctimas sean niños.
No se trata de cuestionar los esfuerzos en defensa de mujeres y niños, sino de analizar también riesgos legales —la otra cara de la moneda— que pueden correr tanto hombres como mujeres de ser acusados eventualmente y de que esto se preste a fraudes y chantajes.
El más lucrativo negocio en la actualidad en Estados Unidos es denunciar a celebridades por supuestos acosos, violaciones o tocamientos ocurridos incluso muchos años antes, demandas que no bajan de dos, diez o cincuenta millones de dólares, además de arruinar carreras y reputaciones.
Un caso reciente es el de un jugador estrella de fútbol americano, Antonio Brown, a quien le cancelaron varios patrocinios deportivos por la sola denuncia de una mujer que lo acusó de violación, a lo que él respondió con una contrademanda y afirmó que ella intentó cerrar una inversión de $1.65 millones con el dinero de Brown para un negocio de gimnasios.
Como sucede cuando un joven universitario se pinta la cara de cualquier color en alguna parodia de esos locos años, más tarde el hecho le persigue, como a Justin Trudeau, el hijo reconocido del fallecido líder político canadiense Trudeau, cuyo parecido con Fidel Castro es absolutamente innegable y ha sido origen de muchos comentarios.

La reforma contra los manoseos llevará a tomar distancias

Hay personas que presentan denuncias de abusos muchos años después y es la justicia la que tiene que determinar si hay caso o no, pero ahora tiene que ser más meticulosa para no ser instrumento de fraudes y montajes.
Hay que reconocer que muchas veces lo que mueve esas denuncias es el despecho, los resentimientos, las venganzas o la oportunidad de enriquecerse, pues si los hechos son de mucho antes, no hay testigos en apoyo de los señalamientos ni peritajes médicos ni deposiciones ante una autoridad policial.
Hay espantosos casos de feminicidios, violaciones y asesinatos aquí y en todo el mundo, pero en casi todos ellos las denuncias son inmediatas, las autoridades investigan, capturan, enjuician y en una mayoría encarcelan. Pero también hay casos como el del cura de Panchimalco que fue acusado de abusar de un monaguillo años atrás, fue separado del clero y procesado, pero en el juicio penal su acusador se retractó de lo dicho y le pidió perdón…
Ese asunto de acusaciones falsas se trata en El Quijote, cuando una mujer acusa a un hombre de haberla violado, pero Sancho Panza, “gobernante en su Ínsula”, demuestra que era una calumnia, pues cuando ordena al imputado despojar a la mujer de una joyas, ésta lo golpea y rechaza, demostrando que el hecho simplemente no pudo haber sucedido.
Hay daños irreversibles en la reputación de hombres y mujeres, que se deben evitar.