La mano antiinmigrante se abate contra los hispanos

Al mismo tiempo que los llamados “socialistas del Siglo XXI” se dedicaban a saquear el Estado, procuraban además desplomar el empleo y empobrecer a todos, generando las condiciones para un nuevo éxodo al Norte

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Paul Arriola # 7 de los Estados Unidos le comete falta a Luis Rodriguez # 21 de México en la primera mitad durante la Final de la Copa de Oro CONCACAF 2019 en el Soldier Field el 7 de julio de 2019 en Chicago, Illinois. AFP / Dylan Buell

Por El Diario de Hoy

2019-07-15 8:04:25

No cuesta imaginar la condena general que provocaría una masiva captura de africanos ilegales en cualquier país europeo, sea en Italia como efecto del neonacionalismo de Salvini, en una nación escandinava o muy especialmente Alemania, que ya sufrió una infernal variante de xenofobia.

La cacería de hispanos cuenta con la aprobación de muchos, pero un asunto diferente sería que en lugar de hispanos fueran haitianos, como los que conducen taxis en Florida.

La inmigración ilegal en estos momentos no es un fenómeno espontáneo, sino resultado de conmociones de diversa naturaleza, como sucede actualmente con el éxodo de venezolanos de su martirizada tierra, lo que a su vez genera presiones en otros países. Y a la par del éxodo y de las condiciones de casi miseria en que vive la población, está el motor de tal desgracia: la droga.

Los inmigrantes que están cayendo en manos del ICE, los encargados del pogromo o expulsión masiva, son separados en la mayoría de casos de sus familias, de sus pertenencias, de sus fondos, hasta de su ropa, para meterlos en recintos cerrados sin servicios de salud o de cualquier clase.

El mismo vicepresidente de Estados Unidos, Pence, ha visto las deplorables condiciones en que se encuentran los detenidos, forzados en muchos casos a tomar agua de los servicios sanitarios, como en Venezuela. Y los niños que caen en las redadas están expuestos a toda clase de abusos, niños que van a crecer sin alegría y sin juguetes.

Siempre, para entender cualquier fenómeno, hay que buscar las causas que lo provocan, en este caso el motivo por el cual salvadoreños, guatemaltecos, hondureños y nicaragüenses están saliendo de sus países cuando hasta finales de los años Setenta no se dio tal fenómeno; la gente estaba tranquila en sus ciudades, pueblos, comunidades, comiendo su cocina tradicional, frecuentando a sus amigos y familiares, trabajando en relativa paz.

La región no logra erradicar la maldición de la violencia

Lo que rompió de golpe el esquema fueron las guerras, el desorden y luego el terrorismo urbano de los años 80, que en nuestro país causaron más de setenta mil muertos, miles de lisiados y la destrucción de buena parte de la infraestructura, incluyendo los transportes.

El clima de violencia llevó al cierre de empresas de envergadura como la Texas Instruments, el cierre del parque industrial, el desplome del empleo y el primer éxodo de salvadoreños hacia Estados Unidos y otros países.

Las aguas cedieron, el país tuvo que iniciar la reconstrucción y se firmaron acuerdos de paz, pero la extrema izquierda mantuvo su conflicto de baja intensidad político, sin permitir que el país se estabilizara y se desarrollara hasta el nivel que perdió.

Actualmente, a la corrupción efemelenista mientras estuvieron en el poder se suma el terror de las pandillas, que mantienen como rehenes a barrios, comunidades y pueblos enteros.

Al mismo tiempo que los llamados “socialistas del Siglo XXI” se dedicaban a saquear el Estado, procuraban además desplomar el empleo y empobrecer a todos, generando las condiciones para un nuevo éxodo al Norte, que se suma al de hondureños y guatemaltecos. Esa es la realidad detrás de los migrantes.