Tenga un feliz retorno a casa, embajador Higuchi Kazuyoshi

Podemos felicitarnos de que el embajador Higuchi será en adelante, en espíritu, un representante de El Salvador allá en su patria

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Los resultados de la respuesta cerebral demostraron que una gran parte de la red neuronal humana responde más cuando hay rostros en los videos, que en caso contrario. En cambio, en el cerebro de los canes, ninguna parte respondió más a los rostros, pero algunas partes respondieron más a las imágenes de otros perros que a las humanas, de acuerdo al estudio publicado en Journal of Neuroscience. Foto/ AFP

Por El Diario de Hoy

2020-10-05 7:49:37

El Embajador del Japón hasta este fin de semana en El Salvador, Higuchi Kazuyoshi, se despidió del país, “de los sonrientes y laboriosos salvadoreños” deseando que reconquistemos lo que antes se decía de nosotros, de ser los japoneses de la región.
Podemos felicitarnos de que el embajador Higuchi será en adelante, en espíritu, un embajador de El Salvador allá en su patria, como hace muchos años lo fuera el exembajador Otani-san y muchos de los que estuvieron nombrados en nuestro país.
En sus declaraciones finales el embajador Higuchi recordó los muchos programas que Japón ha patrocinado, los que impulsó por iniciativa propia, la permanente cooperación en capacitar profesionales y estudiantes, su esfuerzo para contribuir al engrandecimiento del país.
Un legado importantísimo, lo que sería el eje alrededor del cual iba a apoyarse el desarrollo del oriente de la República, fue la muy generosa y decisiva contribución para construir el Puerto de La Unión, un puerto, declaró, que debe rehabilitarse para su objetivo primordial.
Por desgracia se dice que el puerto ha sido utilizado para mover importaciones de Venezuela que luego se trasiegan en el Hemisferio Norte, a lo que se sumó en su momento la denuncia de la pretensión de los chinos de convertirlo en una base militar, a lo que las personas de bien se opusieron.
Los principales proyectos del Japón han sido los siguientes: cooperación para grandes obras de infraestructura estratégicas en el país, como el Aeropuerto Internacional en Comalapa, el Puerto de La Unión e importantes carreteras; construcción del edificio de FESA;préstamo contingencial y en equipos por 48 millones de dólares para reforzar la red hospitalaria nacional, así como dotación de insumos tales como mascarillas y guantes; decenas de proyectos de desarrollo rural, muchas enfocadas en el abastecimiento de agua, medio ambiente, desarrollo inclusivo y reactivación de la economía y apoyo al empleo; turismo, fabricación de autopartes y generación eléctrica; Proyectos Comunitarios de Seguridad Humana y equipos para remoción de escombros y experiencia en terremotos, entre muchos.
Quien esto escribe tuvo la buena fortuna de visitar Japón en tres ocasiones, descubriendo, en cada una de ellas, nuevas facetas de su cultura, de su extraordinario desarrollo, de la hospitalidad recibida…
Naturalmente Tokio fue el punto de partida de todo. Tokio que es un universo en sí, con su seductora cultura, sus grandes almacenes, una interesante vida nocturna. El imán primordial para todo extranjero es Ginza, con sus luminosos letreros, su bullicio, sus restaurantes, sus teatros.

Cada ciudad japonesa embruja con su propio encanto e historia

En Tokio ir al Kabuki, un teatro “popular” donde se representan dramas que pese a hablarse en japonés se entiende la trama, es uno de los grandes y memorables placeres. Además del Kabuki están las representaciones de Noh, más refinado.
En Tokio nos volvimos aficionados al sukiyaki, que en ocasiones podemos degustar en ciertos restaurantes, pero igualmente disfrutamos siempre el resto de su deleitosa gastronomía.
En ese primer viaje, los extranjeros tenían como lugar de encuentro el Hotel Imperial, célebre obra del arquitecto Frank Lloyd Wright, diseñada para resistir terremotos, como se demostró muy poco después en un sismo terrible.
Pero además de ser resistente, el hotel era una joya de la arquitectura. Pasar unas noches como huésped es para recordarlo siempre.
Cerca de Tokio está el puerto de Yokohama, con su gigantesco Buda de bronce…
Una de las primeras ciudades que visitamos fue Kyoto, con sus maravillosos templos y su famoso jardín de arena, que cada día, con el rastrillo, adquiere nuevo simbolismo.
Nara es una ciudad más antigua que Kyoto, también con hermosos templos. Y muy cerca está el exquisito santuario de Sakura, que al florecer los cerezos es uno de los lugares más hermosos del país.
Osaka, la gran ciudad y centro industrial muy importante, con su majestuoso castillo fortaleza…
Nikko, menos refinado que Sakura, es una joya de colorido, de figuras de la mitología japonesa…
Saporo, la isla más al norte, la de los Hainu que se dice fueron los primeros pobladores del Japón, cordiales y hospitalarios, la zona más invernal…