El dictador turco Erdogan, que no tiene ningún problema con recibir a los cabecillas de la banda terrorista Hamás, se ha declarado campeón de la Sharia, el conjunto de leyes y normas islámicas que rigen los tribunales que procesan casos y el comportamiento de los fieles de ese credo, lo que en muchos casos vulnera la libertad religiosa y afecta los procesos penales, transgrediendo la adopción por Ataturk, el fundador de la Turquía moderna, del código penal francés que garantiza procesos que aseguran la transparencia a ambas partes de un litigio.
Con Sharia o sin ella, la persecución de oponentes, el encarcelamiento de su principal rival político, el alcalde de Estambul, y muchos de sus seguidores, actuar con "mano de hierro", según el dictador, no vulnera los principios de la Sharia, lo que pone en muy mala posición tal conjunto de principios.
En realidad, la Sharia es una parte esencial del islamismo, lo que condujo a prácticas inhumanas por los sultanes a lo largo de los siglos, consistente en matar a todos los niños varones cuando el hijo mayor de la concubina favorita era nombrado como nuevo sultán.
En la primera visita que hicimos a Estambul pudimos ver las tumbas en piedra de los más de diez hermanos menores del sultán Murat, a lo que se agrega otro espeluznante hecho: el sultán se enamoró de su mujer cristiana (pues la ley musulmana prohíbe tener esclavos o esclavas de ese credo), con quien tuvo dos hijos; llegado el momento le tocó decidir a cuál de ellos iba a nombrar como el nuevo sultán, decidiéndose por el mayor, lo que condujo a la muerte del menor.
El legendario Herum el Rashid, que figura en Las mil y una noches, conoció a dos hermanos jóvenes suyos, los entrevistó con gran interés, los festejó y luego ordenó que los mataran...
La Sharia viene a ser una especie de "régimen de excepción musulmán", pues así lo toma el sangriento dictador Erdogan, que entre otras cosas ha convertido en mezquitas hasta iglesias cristianas del siglo IV después de Cristo, cubriendo con cortinas sus frescos, ya que la religión prohíbe la representación de seres vivos, aunque se trate de plantas o animales...
Durante la Edad Media, la Iglesia Católica ponía mucho énfasis en el estudio de los evangelios, pero antes del Renacimiento la lectura de obras clásicas griegas, romanas y lo que estudiosos iban creando, se sumaba al conjunto, a lo que el creador de la ciencia contemporánea, Sir Isaac Newton, agregó el estudio del libro de la naturaleza, como por su parte sabios musulmanes como Averroes y
Avincena se esforzaron por revivir la filosofía de Platón, Aristóteles y los presocráticos como Tales y Parménides.
Pero esto evidentemente no le pasa por la cabeza a Erdogan...
De los fanáticos ayatolas iraníes al Talibán e ISIS
Hay más... es claro que Erdogan sueña con revivir las glorias otomanas, las que llevaron al enfrentamiento de las fuerzas combinadas de los poderes cristianos bajo el liderazgo de romanos, venecianos y españoles en la Batalla de Lepanto y el segundo intento que fracasó cuando intentaron apoderarse de Viena sitiando y clavando túneles bajo las murallas, hasta que el rey polaco los puso en fuga...
Intentar imponer la ley islámica está llevar al país a una ciega, violenta y salvaje teocracia, como ha ocurrido con Irán, Afganistán y los territorios que tuvo en su poder el Estado Islámico (ISIS), cuyos pueblos fueron retrocedidos al Medioevo y las mujeres sometidas a una terrible degradación como seres humanos.
La historia demuestra que las teocracias han sumido en el oscurantismo y la barbarie a los pueblos, por lo cual la separación del Estado y la Iglesia ha primado en la civilización cristiana occidental, favoreciendo a ambos: el Estado al frente de la vida secular de los pueblos, y la Iglesia orientando la vida espiritual. La mezcla sólo puede llevar al fanatismo, la corrupción y los abusos entre ambos.