Habrá que revisar los asuetos para que no afecten al país

La Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) señala que cada día feriado le cuesta a la economía nacional 56 millones de dólares, una suma muy alta para un país que sufre una preocupante crisis económica.

descripción de la imagen
Grietas después del sismo en la zona de la playa La Puntilla en San Luis La Herradura, La Paz

Por El Diario de Hoy

2019-05-30 7:52:00

No se sabe con qué otra ocurrencia van a salir los diputados, los gobernantes, grupos diversos, para demostrar su gran “sensiblería social” y dispensar más feriados remunerados…

Como no tienen que pagar nada, lo más fácil del mundo es decretar asuetos, días feriados, cierres de vías públicas… pero cada holganza tiene sus altos costos, los que “al final del día” los pagan todos los salvadoreños, lo cual afecta en gran medida a los grupos de menor ingreso.

La Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) señala que cada día feriado le cuesta a la economía nacional 56 millones de dólares, una suma muy alta para un país que sufre una preocupante crisis económica.

Los industriales señalan que en los últimos diez años solo en dos ocasiones se tuvo un crecimiento superior al tres por ciento; el resto del tiempo estuvimos estancados, flotando inmóviles mientras el resto del mundo y hasta Centroamérica avanzaban. Nosotros, en cambio, perdemos competitividad después de ser un pequeño motor industrial de la región, categoría que en algunos rubros, como el farmacéutico, conservamos.

En un buen número de países, los días especiales se celebran en los domingos próximos; el Día de la Madre, el segundo domingo de mayo; del Padre, el tercero de junio…

Los que nunca han trabajado ignoran el costo que tiene perder un día de producción, de perder gestiones en dependencias públicas, tribunales y otras oficinas esenciales, de incumplir plazos de entrega y recibo.
Los efemelenistas, que ahora van de salida, han decretado asuetos por todo en estos diez años, incluso una vez para darse un baño de multitudes con sus activistas en la plaza pública.

No les ha importado, entre otras cosas, el precio en sufrimiento y salud que pagan enfermos cuando no hay medicinas en los hospitales, cuando las instalaciones se inundan, cuando las ambulancias están embancada. Estudiantes sufren en escuelas destartaladas…

Ahora procuran que las cosas queden peor cuando ellos se van…

La lección básica de la buena economía es medir los efectos a futuro

La lección básica de la buena economía es no solo ver los efectos inmediatos de un acto o medida, sino las posteriores consecuencias. Es el equivalente a ver más allá de las propias narices.

Pero el alto funcionario que pasó de vaqueros rotos a elegante y multimillonario inversionista califica de muy exagerada la queja sobre la inundación del hospital de San Miguel, causante de dolor y graves incomodidades a los pacientes y al personal.

“La hacen a la entrada y la hacen a la salida”, además de hacerla durante su permanencia en el poder.
Es como el clásico caso del elefante metido en una pequeña embarcación: molesta todo el tiempo, molesta cuando se mete en el bote y molesta cuando se sale. Molesta muchísimo porque es un enorme animal no pensante.

No es para resignarse y dejarse arrastrar por la corriente, dejar como los pobres animales que van a ser sacrificados, que a los salvadoreños nos terminen hundiendo en el pantano sin esperanza de escape, como en gran parte están venezolanos, nicaragüenses y han estado los cubanos durante más de sesenta anos y estuvieron los rusos bajo Stalin y en estos momentos los turcos bajo el sanguinario Erdogan.