Grupos criminales mantienen sus clicas en barrios y colonias

Los malvados van de un lado a otro en las colonias que mantienen tomadas, pero pese a sus tatuajes y a no tener oficio ni empleo alguno y al miedo que provocan a transeúntes, vendedores y comerciantes, no se les puede capturar y remitir a un puesto de policía

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Por El Diario de Hoy

2019-11-06 6:40:42

Cada vez está más claro que la violencia descontrolada que hemos sufrido en estas décadas es resultado en primer lugar de la supresión de la Benemérita Guardia Nacional por venganza de los efemelenistas, pero asimismo por las leyes que impiden a las autoridades detener, interrogar y fichar criminales, por más señales que den éstos de ser parte de pandillas o por extorsionar a gente que no tiene otra alternativa de pagar o ser asesinados.
Si la violencia es el horror que amenaza a todos, ¿cuál es la razón de que no se abroguen las leyes y regulaciones que impiden la captura e interrogatorio de sospechosos de dar soporte a los grupos criminales?
Los malvados van de un lado a otro en las colonias que mantienen tomadas, pero pese a sus tatuajes y a no tener oficio ni empleo alguno y al miedo que provocan a transeúntes, vendedores y comerciantes, no se les puede capturar y remitir a un puesto de policía pues de inmediato salen chupatintas a demandar a los captores, con lo cual la gente honrada queda en indefensión.
Pero no se mueve mucho, en parte porque hay grupos de internacionalistas que viven tranquilos en lugares donde pueden dejar las puertas de sus casas abiertas, pero que ponen el grito en el cielo invocando “los derechos humanos”.
Es la misma mafia que defiende a los castristas de Cuba, a Maduro y a Ortega, o que inclusive llegan a justificar la agresión chavista contra Chile hablando de la “desigualdad”.
Diremos en este punto que hay desigualdad y una injusta desigualdad, pues, como ejemplo, todas las jóvenes deberían poder cantar y tener la inteligencia de Gloria Estefan… Injusticias que caen desde arriba, desde las mansiones celestiales.
Todos los políticos, tanques de pensamiento, asociaciones cívicas, comunidades, tendrían que estar denunciando y exigiendo que algo se haga para quitarnos a los salvadoreños la pesadilla de encima, para que a los que en alguna manera dan señales de ser una amenaza a otros, puedan ser apresados, interrogados y solo soltarlos cuando demuestren que no andan en esos malos caminos.

Es la herencia de las leyes para niños suizos fabricadas en la posguerra

Sufrimos leyes para suizos pese a que hay muy pocos en esta tierra.
El origen de este grave problema, de la impunidad que cubre a los criminales, es la gran “sensiblería social” de que quieren hacer gala tantos diputados y políticos, que parten de la suposición de que todos nacen angelitos y que cualquier sicópata puede rehabilitarse, que solo es suficiente arrepentirse.
En parte los meneos a favor de una ley de “reconciliación” parten de tales ideas aberrantes: que el país se olvide de los crímenes espantosos que un número de individuos perpetraron, criminales que en otras partes serían o ahorcados o confinados en manicomios.
La tolerancia se evidencia en los encausamientos últimos de la Fiscalía: van contra personas que son víctimas de corruptores, pero nada hacen los fiscales para averiguar quiénes se robaron los pagos por el agua o maquinaron para robarse los fondos de pensiones, lo cual les da tiempo de que prescriban esos delitos.