Las entidades financieras internacionales como el FMI o el Banco Mundial no tienen ilimitados recursos para poner a disposición de un país, en igual forma como una persona o empresa no pueden sobrepasar su capacidad de pago, real o potencial, para obtener créditos a su favor.
Si El Salvador o Paraguay descubrieran grandes depósitos de un mineral codiciado en su territorio, como fue el hallazgo de oro en California el siglo antepasado y que atrajo a centenares de miles de buscadores en ese histórico “Gold Rush”, convirtiendo en magnates a los más afortunados, el potencial crediticio de estos últimos se transforma consecuentemente, como el de un modesto tendero que con una buena idea multiplica sus clientelas.
El “Gold Rush” generó fortunas para los que encontraban un filón de oro, pero asimismo para los que creaban negocios para dar servicios a los buscadores y aventureros.
“Gold Rush” es el título de una de las películas más célebres de Charles Chaplin, una joya del humor para todos los tiempos.
Los pantalones vaqueros, “blue jeans”, se originaron entonces, cuando el emprendedor Levi Strauss los confeccionó para uso de las más modestas de las personas que se movían en ese enorme territorio, una prenda que al día de hoy viste a gran parte de la humanidad.
El Banco de América, la más poderosa entidad financiera de Estados Unidos, se fundo en California por un inmigrante italiano, Amadeo Giannini.
El fin de semana se informó que el gobierno se endeudó con 426 millones de dólares en Letras del Tesoro en un solo día, cuando se sabe que regularmente lo hace con 50 millones o 60 millones al mes. A esto se agrega la deuda por 2,000 millones de dólares que la Asamblea le autorizó negociar para enfrentar la emergencia del coronavirus.
Los países, al igual que las personas, tienen limitada su capacidad de crédito, la que fue llevada muy cerca de sus límites por los efemelenistas.
Es del caso comparar el endeudamiento como país en los últimos treinta años, con la reactivación del país en los años 90 después de 12 años de guerra hasta la presidencia de Saca y lo que luego fueron diez años de efemelenismo y los saqueos que se perpetraron, entre ellos el de Funes, acusado de cargar con 351 millones de dólares del Estado.
Si al zorro le dan las llaves del gallinero de inmediato hará festín con las gallinas.
Dado que los recursos no son ilimitados, que los países no deben llegar al borde de su capacidad de pago en el futuro, como según informan está pasando a Costa Rica, hay que vigilar el uso de cada centavo en esta crisis, asegurándose de que en ningún momento al zorro le entreguen las llaves del gallinero y haga un festín para él y para desgracia de las gallinas.