Adivinen quiénes pagan los enormes salarios de los funcionarios

Un triunfo electoral, de la naturaleza que sea, no es licencia para destruir el Orden de Derecho, la separación de poderes, desconocer los pesos y contrapesos institucionales y atentar contra las libertades de la gente.

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Apolonio Tobar, procurador para la Defensa de los Derechos Humanos. Foto EDH /Archivo

Por El Diario de Hoy

2020-05-27 10:06:57

El Departamento de Estado informó al Congreso de los Estados Unidos, la semana anterior, que el gobierno de Bukele debilita la democracia y la institucionalidad en El Salvador al imponerse a los otros poderes del Estado e intentar silenciar a los medios informativos críticos.
Internamente y tomando en cuenta estos hechos, muchos temen que de ganar las venideras elecciones legislativas el grupo de Bukele, éste se sentirá con la fuerza suficiente para imponerse e intentar anular el orden democrático y establecer una dictadura, como en su momento hizo Hitler en Alemania, Mussolini en Italia, Perón en Argentina y, más recientemente, Chávez en Venezuela.
Pero gobierno
Tampoco tal victoria, si se diera, ofrece otra cosa que creciente pobreza, falta de transparencia y un dudoso manejo de presupuestos públicos.
El caso venezolano es el ejemplo que mejor ilustra la acelerada caída de una esplendorosamente próspera nación, primero en la pobreza y ahora en la miseria.
El presente régimen se ha encargado de asignar grandes salarios a sus allegados, como se ha sabido, pero los beneficiados tratan de evadir los cuestionamientos remitiendo a los ciudadanos a pedir los datos por medio de la Ley de Acceso a la Información Pública, justo en momentos en que ésta se encuentra bloqueada so pretexto de la emergencia.
Pero lo que está en juego son enormes salarios, incluso de hasta 8,000 dólares, que se dice que podrían ser mayores con todas las prebendas adicionales (escoltas, vehículos nuevos, asistentes y asistentas, gastos de representación, etcétera), lo que suma enormes cantidades aunque algunos de ese círculo de yes-men ganen menos.
Vale la pregunta: ¿quiénes, estimados lectores, creen ustedes que paga todo eso? ¿Es que el régimen ha encontrado los 351 millones de dólares del saqueo al país por el que se procesa a Funes, con las bolsas negras que salían del Banco Hipotecario?
Por un lado, el régimen se sirve con la cuchara grande de los dineros públicos, los dineros de la gente, mientras por otro lado y, al capricho, cierra empresas, pequeñas industrias, insulta a las gremiales y encuarentena a personas que ingresan al país, sin que hayan sido médicos los que evalúen las condiciones de salud de una persona, sino policías y soldados, con las tristes consecuencias que se conocen.

Raras veces se libran los pueblos por sí solos de oprobiosas dictaduras

Muy a regañadientes el régimen ha anunciado que la economía comenzará a abrirse a partir del 6 de junio, siguiendo los pasos de muchos otros países, pero luego ha dicho que será más allá de esa fecha.
Pese a que la economía ha comenzado a reabrirse, Alemania ha entrado en recesión, al igual que el resto de naciones europeas. Y el motivo es muy claro: al cortarse casi de golpe los flujos de caja, la mayoría de empresas del mundo no puede sostenerse, pagar salarios, adquirir insumos y materias primas, reanudar ventas “como si nada hubiera pasado”.
Volkswagen, la mayor empresa automovilística del mundo, se adelantó a reabrir precisamente para evitar un colapso, como de seguro tantas otras grandes firmas alemanas. Pero ese no es el caso de pequeñas empresas, fabricantes con nichos especializados, comercios regionales.
¿Qué sucederá con las empresas que por capricho el régimen mandó cerrar y que de golpe se quedaron sin los recursos para pagar salarios?
Está por verse pero es predecible que el país va a perder presencia en mercados regionales, lo que “en buen salvadoreño” quiere decir que los trabajadores que participaban en esas exportaciones quedarán sin sustento.
A diferencia de lo que afirma un muy buen y sabio amigo, salir de una dictadura no siempre lo consiguen los pueblos por sí solos, como lo evidencia el grave problema de la narcodictadura venezolana y la cubana…