El espionaje del régimen a lo que hacen, comunican y mueven en la Asamblea ha sido denunciado por el presidente de la Legislatura, Mario Ponce, y el diputado del PDC, Rodolfo Parker, a quien por la espalda le tomaron fotos de la pantalla de su teléfono para salir cacareando que el diputado estaba en inapropiadas comunicaciones con un magistrado.
Esa clase de movidas son parte del acoso de CAPRES (que el grupo en el poder maneja como su finca) a informadores, magistrados, partidos políticos no domesticados y pobladores de toda condición que tengan la temeridad de enfadar al autotitulado excelentísimo o cualquiera de los que forman su gabinete, entre los cuales hay personas estimables, así como individuos sin escrúpulos y charlatanes.
Es claro que la Fiscalía no va a ocuparse de esa clase de atropellos a libertades y derechos esenciales de toda persona, derechos garantizados por el Orden Constitucional vigente, dados sus incansables meneos para acumular cargos contra el diputado Norman Quijano con base en las declaraciones de un pandillero, que no ha dicho todo lo que le dijeron que dijera.
Hay muchas interrogantes que los miembros de distintas carteras ministeriales no han contestado, entre ellas:
—¿Por qué el régimen compró granos a comerciantes de Sinaloa pagando $2.8 millones más de lo que habrían costado en plaza, aquí en el país, lo cual perjudicó a nuestros agricultores, los que de por sí enfrentan la grave situación generada por la pandemia y las inagotables ocurrencias del régimen?
—¿Por qué de nuevo el régimen pretende adquirir arroz y más granos en el exterior sin antes indagar si los hay disponibles aquí mismo en El Salvador, o los hay en Centro-América?
—¿Cuál es el motivo por el que el ministro de Agricultura evade dar información sobre la asignación de $40 millones supuestamente para créditos al sector agropecuario, ni el uso de $23 millones para reponer dinero de la compra de granos básicos sacado de los salarios de los trabajadores?
—¿Qué destino han tenido los veinticinco millones de dólares, propiedad de los cotizantes, que Bukele quitó al ISSS?
No siendo Sinaloa un productor conocido de granos y cereales, las interrogantes quedan, pues nadie en su sano juicio compra por doscientos en un negocio lejos de su casa algo que pudo adquirir por ciento cincuenta en el comercio vecino.
—¿Por qué cada estación hospitalaria de cuidados intensivos para pacientes de covid es cuatro veces más cara en el “Hospital El Salvador” que en México, donde esa clase de asistencia es más costosa?
—¿Por qué se ha impedido hasta ahora por 14 veces el acceso a periodistas independientes a ver con sus ojos, los ojos del pueblo salvadoreño, las instalaciones del “Hospital El Salvador” y los hospitales y clínicas que el régimen dice haber equipado y mejorado?
Compras turbias, sobreprecios, negocios de allegados, no dar cuentas, negar información… característico del régimen
El régimen emplea a más de cien personas en comunicaciones, tanto salvadoreños como extranjeros, para embobar gente.
Para eso abunda dinero, dinero de los contribuyentes, pero no para proteger debidamente a médicos y personal de salud, que sufren ya más de un centenar de muertos mientras otros están en grave peligro.
Evadir controles, negar información, rehusar someterse a las reglas de la LACAP, amenazar a magistrados, burlarse de la Constitución, es lo de todo el tiempo del aspirante a dictador vitalicio…