Los trabajadores del país no quieren quedar al margen de las discusiones sobre la reforma a las pensiones, que el clepto-régimen está tramando robar para cubrir faltantes en sus disparatados manejos financieros, tanto aumentando impuestos, imponiendo la criptomoneda —lo que nos ha convertido en el hazmerreír del mundo mundial— y todos los golpes de efecto con que tiende cortinas de humo.
Todo el palabrerío del clepto-régimen gira alrededor de asegurar “pensiones dignas”, lo que tiene embobada a muchas personas, comenzando por un hecho: que lo de “digno” de un término relativo; lo que se debe asegurar es que tengan las personas al menos el equivalente de un salario mínimo y que dispongan de adecuados servicios públicos, lo que la robadera ha desbaratado, comenzando por el desmantelamiento de unidades de los hospitales Rosales y San Rafael para montar el “Hospital El Salvador”, que ningún observador independiente ha visitado, además de robar más de treinta millones de dólares de los fondos del Seguro, propiedad de los cotizantes.
Robo, robo, robo...
Ana Cecilia Suárez, representante del Movimiento por una Pensión Digna —y citamos lo publicado por nosotros en EL DIARIO DE HOY— “afirmó que la clase trabajadora no ha sido convocada al debate de algún cambio en el sistema de pensiones que ya ha anunciado el presidente de la Asamblea, Ernesto Castro, del partido oficialista.
“El presidente de la Asamblea ha dicho que lo están trabajando y que lo están consensuando; en ese sentido. Si lo están trabajando se los agradecemos muchísimo, pero que lo estén consensuando es otra cosa, no es cierto: no han llamado a nadie de la clase trabajadora que está sindicalizada”, aseguró Suárez durante una entrevista televisiva en TCS.
La representante del movimiento destacó que el 70% del dinero de las pensiones que usa el Estado es de los fondos de los trabajadores; de allí la importancia de ser tomados en cuenta al momento de hacer reformas al sistema previsional.
Castro dijo semanas atrás que este año harán reformas al sistema de pensiones, pero no han ahondado en detalles de cuáles serían esos cambios ni cómo desarrollarán esa discusión de gran magnitud para el país.
El propósito, más claro no canta el gallo, es imponer una cleptodictadura al eterno
Suárez expresó que no están en contra de que haya cambios; de hecho opinó que “es el momento claro para que manejemos un nuevo sistema porque ya este colapsó. Los sistemas de pensiones más o menos aguantan entre 20 y 30 años porque hay que estar actualizándolos, mejorándolos”.
Una de las reformas que cree podría incluir el oficialismo es que “incrementen la edad de jubilación y ese ha sido un pleito total en el país... pero que puede pasar, puede pasar”.
Todo ser humano —es parte de su naturaleza— en algún momento cree en pajaritos preñados, se hace ilusiones.
Pensar que en un país que el cleptodesgobierno y la pandemia han prácticamente llevado a la ruina, donde más de la mitad de la población se ha hundido en la pobreza, que podrán “mejorarse las pensiones, que sean dignas, etcétera”, es no darse cuenta de la realidad, pero es natural que si una persona, un trabajador ahorró para su pensión, que le corresponda recibir esos fondos, ni menos pero tampoco más, aunque en todos los países la edad de retiro está elevándose.
El estado mental en que está el régimen lo describe muy bien el “señor“ vicepresidente: abolir las cláusulas pétreas que establecen el balance de los poderes y los controles a la concentración en un sujeto y su familia, introducir plebiscitos para, manipulando a los nul pensantes, hacer lo que les venga en gana...
Robar, robar, robar y seguir robando hasta que San Antonio baje el dedo...