Para encubrir el robo de las pensiones que se denuncia que el régimen está fraguando se ha montado una cacería de brujas contra ex funcionarios por recibir sobresueldos, personas a quienes han capturado saltándose los procedimientos legales y que en un despliegue difamatorio han prácticamente acusado de lavado, corrupción y otras lindezas.
Pero los sobresueldos son legales, tienen origen lícito, como lo hace ver el doctor Rubén Zamora, quien en un video afirma lo siguiente: “...el código 2.520 dice CLARA Y EXPLÍCITAMENTE que el gobierno, a través del Ministerio de Hacienda, puede pagar sobresueldos, lo que es un instrumento del gobierno para poder gobernar.
“Por tanto, todo esto que están haciendo es una payasada como pocas veces he visto en mi vida...lo que me tiene indignado...”.
Por su parte, Federico Hernández Aguilar hace ver que “lavado” nunca hubo ni puede haber, pues el origen de los sobresueldos son erogaciones del Ministerio de Hacienda cumpliendo claras, inequívocas disposiciones presupuestarias.
Se dice que la suma de los sobresueldos que el régimen esgrime para atropellar a personas que no han cometido ningún delito de acuerdo con la ley es, en todo caso, muy, muy, muy, muy por debajo de lo que las denunciadas compras amañadas de Agricultura a traficantes mexicanos, compras que, de acuerdo con nuestros agricultores, costaron al país más de ochenta millones de dólares, adquisiciones que, a diferencia de los sobresueldos, no se contemplan en ninguna ley nacional, pues las fechorías, fechorías son.
Ningún país fuera del salvadoreño bajo el actual régimen las legitima; en Cuba, en Nicaragua, en Venezuela se requeterroba y no hay pausa en el robo, pero los regímenes no hacen intento alguno de presentar esos saqueos como legítimos; simplemente no se mencionan.
Fuera de los incautos, nadie en sus cabales se engaña respecto al doble origen de todo el sofoco:
El primero, como ya mencionamos, son los meneos para distraer la atención del inminente robo de las pensiones, lo que deja a más de un millón de salvadoreños que han ahorrado para su futuro, en una horrible situación para cuando tengan que jubilarse por una u otra razón; se morirán de hambre, así de simple.
Hasta ese momento, aunque tal vez antes, ese millón y tantas personas van a salir de sus sueños de opio y les tocará enfrentar la durísima realidad.
La lista Engel no los deja dormir en paz, mientras el régimen sigue con sus insaciables tragaderas
Lo segundo, el fantasma que los persigue día y noche, es la lista Engel, que expone a corruptos que en su gran mayoría son funcionarios o allegados del régimen. Y como ya hemos dicho, “si bien son todos los que están ( en la lista ), no están todos los que son”.
“Paciencia, piojos, ya irán saliendo a luz más revelaciones...”.
Lo que está sucediendo en nuestro suelo es kafkiano, la pesadilla como realidad que describe el checo Franz Kafka en sus narraciones, lecturas que toda persona que quiera comprender el mundo en que vive debe leer, analizar.
Kafkiano es el incremento al salario mínimo en un momento en que la desocupación golpea a tantos salvadoreños, incremento que dicen van a neutralizar suscribiendo OTRO PRÉSTAMO, de cien millones, dinero que, con toda probabilidad, en parte engrosará el botín.