Polonia concedió una visa a la gimnasta Kristsina Tsimanuskaia para impedir que fuera llevada por la fuerza a Bielorrusia, el único país europeo bajo una demencial dictadura.
Repetidas veces el dictador, Lukashenko, ha secuestrado a disidentes para apresarlos, torturarlos y en varios casos “desaparecerlos”, lo que es norma en todas las dictaduras y la tragedia que en estos momentos sufre Cuba, que ha condenado a varios cientos de personas, incluyendo adolescentes, a dos o más años de cárcel por protestar contra un ruinoso despotismo que lleva más de sesenta años de estar enquistado en el poder.
El gobierno polaco, que es uno de los asilos de los disidentes y perseguidos políticos de Bielorrusia, ha dicho que ayudará a la gimnasta a continuar con sus entrenos y disciplinas, lo que además servirá de ejemplo y escuela para muchos deportistas de la nación.
El conocimiento, al igual que la amistad y el amor entre hermanos, padres e hijos, son tesoros que pueden compartirse sin empobrecer a quien los dispensa. La gimnasta asilada, de 24 años, está en capacidad de enseñar a otros su arte no solo sin dejar de ser la consumada atleta que es, sino ganando en destreza y conocimientos.
La mejor forma de aprender es enseñando...
Perseguir, apresar, encarcelar, torturar e inclusive asesinar es la norma de todas las dictaduras, las que además tratan los bienes de la gente en su territorio como propios, los que para ellos pueden usurparse, venderse, ser parte de su botín y al servicio de la casta en el poder.
Como es el caso de las pensiones de los trabajadores salvadoreños, que se ha denunciado que el gobierno está maquinando para quedarse con esos ahorros, al punto que ya comenzó una campaña pública, con mupis, hablando de una “reforma del sistema”, dando a entender a los nulpensantes que se trata de cambios que van a beneficiarlos grandemente, pero que es un atraque, un despojo mondo y lirondo que los va a condenar a la total miseria en su vejez, literalmente a morirse de hambre.
Pueden, estimados lectores, imaginar lo que son los sistemas “previsionales” en Cuba, donde adultos y jóvenes pasan hambre, no digamos los viejos. El dictador Ortega ya lo dijo en una frase: “Que se mueran los viejos, ya no producen, son estorbo”.
Eso y muchos crímenes más le han valido a Ortega ser sancionado por Estados Unidos, lo que a él “le resbala”; no le importan ni sanciones ni regañitos ni regañotes ni perder visas para familiares y secuaces, como debe de estar pensando el grupo en el poder en este suelo...
La voracidad de los dictadores no tiene límites: creen que todo es de su propiedad
Los tiranos siempre, en alguna forma, siguen la regla de Marx de caer sobre lo ajeno y disponer de esos bienes a su antojo, como se ilustra en la novela de Boris Pasternak, donde inmediatamente después de hacerse del poder parcelan a su manera la casa de Zhivago, metiendo a vivir a miembros del partido y a “gente del pueblo” a su antojo.
Si ahora el gobierno se apropia de las pensiones, equivalente a quedarse con lo que es ajeno, más adelante puede seguir con las cuentas bancarias, propiedades... nada escaparía a su voracidad, ni las vidas de sus críticos y adversarios como precisamente está sucediendo a los pobladores de Hong Kong, hasta hace muy poco un modelo de libertad y prosperidad único en el mundo y por lo que sucede, irrepetible.