Nada importa al régimen el futuro de las personas a quienes les roban ahorros

La sombra, muy amenazadora, sobre la confianza que todos los ahorrantes de las AFP tenemos es el anuncio por la “Asamblea” de que se realizará una “reforma integral” al sistema de pensiones, que será manejado al gusto e interés del dictador y la inminente amenaza de que esos dineros “se evaporen” al pasar a sus manos.

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Por El Diario de Hoy

2021-05-31 7:11:04

Los antiguos trabajadores de la Asamblea fueron despedidos sin reconocerles ninguna indemnización e inclusive sin pagarles el salario de mayo. Qué será de ellos y de sus familias le importa un bledo al régimen, como poco le importa el futuro de las personas cuyas pensiones se robarán con lo dispuesto por los sumisos diputados.
Todos los miembros del sector formal de la economía y muchas personas y grupos del sector informal contribuyen al fondo de pensiones y es una falta grave, castigada con multas, cuando un jefe o empresa deduce esas contribuciones, pero las retiene y no las entrega a las AFP.
Los fondos de pensiones, al igual que lo que se destina al fondo de vivienda, es parte del salario de los trabajadores, pues es un costo inherente a su empleo, como asimismo lo son capacitaciones, bonificaciones, el aguinaldo, las fiestas al personal cuando se realizan en tiempo normal, obviamente no bajo la pandemia.
Todas las prestaciones, los alquileres, la incorporación de tecnología, son costos que inexorablemente se pasan al consumidor de los bienes y servicios que se prestan, desde una sonata tocada por un violinista, exámenes médicos o lo incontable de bueno que ofrece una sociedad ordenada y productiva:
el gremio médico, todos sus socios, pagan sus cuotas al fondo de pensiones, para contar con recursos para su retiro; los abogados en lo personal y los bufetes donde se integran, así como sus secretarias, auxiliares, mensajeros, conductores, tienen sus ahorros en los fondos de pensiones;
los estudios de arquitectura, sus dibujantes, sus ordenanzas, también ahorran en las AFP como, ya lo señalamos, de la misma manera que aportan al Fondo Social para la Vivienda. Los transportistas, comerciantes de granos, exportadores al igual que importadores ahorran, junto con su personal, en las AFP;
cada ahorrante de los fondos de pensiones es dueño de esos recursos, como son dueños del dinero de las cuentas en los bancos quienes en ellas depositan.
Así podríamos seguir... si alguno de nosotros va por la calle y pregunta a las personas ordenadas o medianamente arregladas que encuentra si tienen sus ahorros en las AFP, la respuesta será unánime: todos los meses “brille el sol o llueva, pagamos nuestra cuota”, lo que cubre a los miembros de la familia que no laboran, como los niños y personas mayores retiradas.

Cada día se notifica de nuevos endeudamientos que el régimen no pagará, sino la gente

La sombra, muy amenazadora, sobre la confianza que todos los ahorrantes de las AFP tenemos es el anuncio por la “Asamblea” de que se realizará una “reforma integral” al sistema de pensiones, que será manejado al gusto e interés del dictador y la inminente amenaza de que esos dineros “se evaporen” al pasar a sus manos.
En otros términos, un esquema que obedece a criterios técnicos, claramente delimitados por la ley, pasará a ser colocado bajo control político, de un régimen que está endeudándose sin freno en grave menoscabo de la economía, del interés de cada ciudadano en cuidar su patrimonio aunque sean sus pequeñas pertenencias, de la gente que se alimenta siguiendo el mandato bíblico: ganarás el pan con el sudor de tu frente.
El cleptodesgobierno no se desvela pensando en el futuro de nadie mientras ellos y el grupúsculo de hermanos se forren a como dé lugar. Una señal de ello es la manera tan poco profesional como están desarrollándose las competencias de surf; sin afición, improvisando, con medidas de fuerza hacia los negocios de El Tunco, solo exaltando la figura del dictador... todo es chapuza.
Coincidiendo con ese desorden, el cleptodesgobierno emitió una nueva serie de Letes, dinero que desaparece pero que compromete a todos los salvadoreños, pues es “deuda soberana”, es decir, saldrá de los bolsillos de todos.