De golpe y porrazo los diputados oficialistas acabaron con la autonomía de los municipios, centralizando en un solo ente decisiones que antes estaban en manos de las comunidades y las que se tomaron hasta el momento siguiendo la voluntad de la gente.
En adelante lo que se haga o no se haga en cada municipio lo determinará el régimen a través de una nueva oficina, que prácticamente “a ciegas”, tanteando, va a decidir en qué ocuparán los fondos que hasta la fecha, siguiendo lo determinado por la Constitución, se asignaban de los presupuestos.
Como hacen ver muchos comentaristas, la desconfianza y la imposición afectan a “tirios y troyanos”, ya que aproximadamente la mayoría de municipalidades está en manos del oficialismo.
La interrogante que queda es el uso final de esos dineros del FODES, aunque el olfato indica que hay una especie de cárcava en el territorio nacional que se traga la mayor parte de recursos, que “desaparecen sin dejar rastro”.
Al eliminar el FODES, empleos y actividades que hasta el momento se financiaron con esos recursos quedan “colgados de la brocha”, lo que lleva a lo que sucedió en los meses previos cuando empleados de la Asamblea fueron despedidos sin indemnizarlos, pese a tener años de trabajo en Órgano Legislativo.
De nuevo, se nos dice, el drama se repite: las personas que laboraban en actividades sostenidas por el FODES han sido despedidas sin indemnización, entre ellas, muchas madres solteras.
En adelante no serán los pobladores quienes definan lo que en un municipio se haga o no se haga, sino que eso dependerá de lo que un grupo de burócratas vinculados al oficialismo determine, lo que incluye caerle encima a propiedades con el pretexto de “desarrollar obras”, como en el caso de la propuesta de Ley de Expropiación también lanzada por el gobierno.
El dinero destinado al FODES y las municipalidades se ha reducido en un noventa por ciento, pasando del 10% que recibían del Fondo General de Estado al 1.5%.
De nada valen las súplicas de los alcaldes, alcaldes temerarios diríamos, que se han atrevido a hablar de que la reducción del FODES y quitarles su autonomía no beneficiará a la población, pues ahora los raquíticos recursos se asignarán por Hacienda a los municipios en forma directa.
Volverán pasapapeles a los alcaldes y aldeas sin vida propia a los municipios
Los diputados opositores han señalado que someter a los alcaldes al arbitrio y la discrecionalidad del gobierno en cuanto a la inversión social es un absurdo, pues nadie adivina lo que la gente en una comunidad quiere, aunque todos saben que la mala administración del abastecimiento de agua, aun la chuca, está en la mente de todos, pese a que solucionarlo se consigue con pequeñas represas en los cauces de los ríos. Además, se habla de concesiones de servicios que seguramente se darán a compadres y amigos del régimen, así como que se obviará la ley de compras y adquisiciones (LACAP).
El alcalde de San José Villanueva (La Libertad), Pedro Durán, hace ver que los ediles en adelante serán “pasapapeles” y la gente de esos lugares se convertirá en simples números, seres anodinos cuyos deseos y aspiraciones no logran llegar a las excelsas alturas donde medran los “dioses”.
“La autonomía de facto queda anulada, porque se volverán dependientes de lo que la Dirección Nacional de Obras Municipales considere pertinente. El espíritu del FODES era facilitar que cada gobierno local, con su respectiva población, pudieran decidir de forma independiente las obras que mejor les parecieran para su desarrollo”, expresó hace unos días Carlos Palomo, presidente de la Asociación Transparencia y Datos Abiertos (Tracoda).