Es el momento de aterrizar y construir sobre bases sólidas

Informarse y analizar con gremiales y otros grupos representativos es un esencial paso para dar sentido y durabilidad a su gestión, bajarla al piso de las realidades de este país.

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Foto EDH/ Josué Parada

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2019-02-06 9:39:04

Una cosa es ver los toros desde la barrera y otra muy distinta meterse a torear, nos decía nuestro amigo “Espartaco”, uno de los grandes toreros de los últimos tiempos, al contarnos del miedo que sentía al estar íngrimo y solo en el ruedo frente a una puerta desde donde saldría una fiera con mañas desconocidas.

Cada presidencia enfrenta desafíos, oportunidades, trampas y peligros. De allí que todo mandatario debe cuidar su credibilidad, bajar del mundo que tejió su imaginación a las realidades que vertiginosamente cambian en nuestro tiempo.

Si su intención es servir a la gente y no servirse de la gente, el presidente Bukele debe ir con pies de plomo, más viendo las desgracias que dos expresidentes y sus cómplices están sufriendo.

Es esencial que él se reúna con los grupos y sectores que mueven el país, para informarse, analizar lo que ocupa a ellos y a los que representan, lo que esperan de él y cómo pueden conjugar esfuerzos por el bien común, para estructurar un plan de gobierno que no se base en ocurrencias.

Todo gobierno debe cuidar su credibilidad y en el caso actual abandonar la práctica trolera que distorsiona y engaña, recordando que puede engañarse a “parte de la gente todo el tiempo y a toda la gente parte del tiempo, pero no a toda la gente todo el tiempo” (Lincoln).

Los diarios y los demás medios de difusión, como la gente pensante, están en el deber de seguir los actos y posturas de los mandatarios y de aquellos que ocupan cargos de responsabilidad, por ser los ojos y los oídos del pueblo. Lo hacen en su mayor parte cuidando su credibilidad, ser lo más objetivos posibles, pues esa credibilidad es lo que los sostiene.

Y cuidar la credibilidad debe ser un objetivo del hombre público, para evitar desprestigiarse como el actual régimen, que hace del engaño, la imposición, negar datos e intentar controlar a los medios su modo de actuar, lo que en parte explica el derrumbe del partido oficial.

Ahora hay que comenzar
a consultar y valorar

Volvamos a la importancia de reunirse con importantes sectores, con los “movers and the shakers”.

El presidente electo Bukele ha sido acusado por sus detractores de no tener un programa de gobierno, de presentar vagas promesas e inciertos proyectos como el del aeropuerto, la sala de los monitores y otros componentes que no muestran un esquema que asegure resultados. Sin embargo, es el momento de comenzar a consultar con diferentes sectores la factibilidad y alcances de tales iniciativas o de otras mejores.

Informarse y analizar con gremiales y otros grupos representativos es un esencial paso para dar sentido y durabilidad a su gestión, bajarla al piso de las realidades de este país.

Esto es precisamente lo que necesitamos los salvadoreños: un gobierno racional que busque soluciones sostenibles, que cuide los presupuestos, que actúe sin despertar recelos, sin lastimar sectores, sin preferencias mal sanas, sin revanchismos ni nepotismos, sin intentar saltar sobre las trancas como es la pretensión de manejar el Tribunal Supremo Electoral cuando dicha institución, como lo definió la Sala de lo Constitucional, debe ser apolítica, no estar al servicio de ningún partido como la Corte de Cuentas, la Fiscalía, todo juez y árbitro.

Por ejemplo, la pretensión del nuevo oficialismo de presidir el TSE equivale a que el equipo campeón de la Liga Mayor exija tener en exclusividad la facultad de nombrar los árbitros de venideras competencias, para poner todo a su favor.