En el mundo del trabajo nunca se deja de aprender

Si se quiere que un país crezca, que se desarrolle, que genere fuentes de empleo, hay que procurar tener un ambiente positivo, reglas claras, seguridad.

descripción de la imagen
El delantero francés del Real Madrid Karim Benzema (d) celebra con Sergio Ramos su gol, conseguido en el último minuto del partido ante el Valencia CF, durante el partido correspondiente a la decimoséptima jornada de LaLiga Santander que Valencia CF y Real Madrid disputan este domingo en el estadio de Mestalla, en Valencia. EFE/Biel Aliño

Por El Diario de Hoy

2019-12-15 3:50:34

Lo que caracteriza al mundo del trabajo —el del comercio y los intercambios, de los servicios, el que fabrica, siembra y cosecha, en donde impera el mandato bíblico de “ganarás el pan con el sudor de tu frente”— es que nunca se deja de aprender; siempre hay que mejorar, corregir, finalizar y buscar nuevos caminos.

A muchos, en algún momento de sus vidas, les hacen creer que de pronto son dueños de la verdad, que no es el género quien va a guiarles y enseñarles, sino que toca a ellos dictar al resto cómo deben vivir y actuar como pretenden los socialistas del Siglo XXI. Pero la realidad es que “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”. Ese dormir significa no aprender, enmendar, discutir con otros, buscar experiencias que mejoren su criterio, buscar quién les muestre otros caminos.

En el mundo del trabajo nunca se termina de aprender, no solo debido al cambio constante de las condiciones en que se labora, nuevos productos y competidores, cambios en las demandas del público o de la moda, cambios demográficos o de la economía, sino también debido a nuevas tecnologías que, en muchos casos, se deben introducir y, además, pagar por ello.

Esa necesidad de cambiar y de costear esos cambios se está viendo entorpecida por la creciente presión tributaria al país, que reduce, en gran medida, la competitividad de la industria, los servicios y las exportaciones del país.

Las empresas y actividades sufren al ser exprimidas de esa manera y contar con menores recursos para mantenerse a flote, como también los trabajadores salen muy afectados. A esto se suman los efectos que esa menor capacidad para innovar tiene sobre el público, que enfrenta menos acceso a nuevas corrientes de consumo y a nuevos o mejorados productos.

Como decimos, ningún productor cree que lo sabe todo o lo puede todo, lo que le obliga a consultar, informarse, aprender y discutir. Y tiene que discutir porque es la única forma en que se depuran procedimientos o estrategias, además de incrementar el conocimiento de los que manejan el esfuerzo. Lograr ganancias es una señal de eficiencia y de conocimiento, además de ser fruto de estar al día.

Primero que haya trabajo y que sus condiciones mejoren

Todos aspiramos a trabajos dignos, con salarios dignos, con prestaciones dignas, en ambientes dignos y que además conduzcan a jubilaciones también dignas, pero lo que la mayoría de personas en estos momentos y en este suelo quiere es poder trabajar en lo que sea, aunque se trate de la recordada orquesta Barrientos de hace medio siglo… “Barrientos con escoba en mano”.

Por eso muchas personas se acercan a amigos con algún negocio para pedirles que les den cualquier cosa para cubrir necesidades.

Profesionales, personas de familias conocidas, estudiantes que no logran finalizar sus cursos, con frecuencia, aquí como en muchas partes del Primer Mundo, trabajan en lo que encuentran.

Toda empresa o negocio busca las mejores condiciones de trabajo y económicas. Si un departamento o ciudad del interior quiere atraer fuentes de empleo, debe esforzarse para que los servicios municipales sean aceptables, que haya mano de obra disponible, que se cuente con buenas comunicaciones, energía y agua confiable… y en nuestro caso actual, la violencia o no violencia que sufra una comunidad es un factor decisivo.

Si se quiere que un país crezca, que se desarrolle, hay que procurar tener un ambiente positivo, reglas claras, seguridad. Eso lleva a que se generen polos de trabajo y desarrollo.