Va nuestro país de ocurrencia en ocurrencia... Es inhumano, grotesco, recibir en nuestro suelo a venezolanos a quienes en su gran mayoría se acusa falsamente de ser miembros del "Tren de Aragua", raparlos, humillarlos e internarlos en el gulag del CECOT, donde se denuncia que se tortura y se les aísla sin que sus familiares puedan comunicarse con ellos, personas deportadas de Estados Unidos y acusadas sin más prueba que tener un tatuaje. Todo fue dispuesto por "el dueño de la finca" en una reunión con Trump, pues meter gente en los gulags y vejarla no exige mayor esfuerzo, ya que "los chicos" están muy entrenados...
Pero hay una nueva y disparatada ocurrencia: meter presos a los transportistas por oponerse a "llevar gratis" a la gente, lo que tendría que ir aparejado a obligar a las gasolineras llenar sin costo los tanques de los transportes públicos, además de forzar a vendedores de llantas, de repuestos e inclusive de vehículos, a dar gratis lo que los transportistas les exijan.
No criticamos que lleven gratis a la gente, sino el hecho de que obliguen a los transportistas sin pagarles lo justo, como sucedió al inicio. Aunque, de acuerdo con un comunicado del régimen, se han destinado más de $12 millones para pagar a los transportistas, esto no se los dijeron y no contempla los costos reales dada la complejidad de las rutas.
Hacerlo así deja un mal precedente: que un día le digan a un ciudadano que tiene que usar su vehículo para llevar gratis a sus vecinos, sin que nadie le retribuya el combustible, la depreciación y el costo personal. Las pupuserías, comedores e inclusive restaurantes pueden amanecer un día con la noticia de que tienen que acomodar y servir a los parroquianos sin recibir nada a cambio. Más adelante peluquerías, salones de belleza masajistas... todo lo que disponga el señor presidente...
Los continuados derrumbes en la Carretera Panamericana (ese es su nombre), en el tramo del balneario de Los Chorros, vienen de perlas al régimen para distraer la atención de la gente sobre las barbaridades que están sucediendo y las penurias que sufren tantos a causa de las imparables ocurrencias.
El de Los Chorros es un problema en el que los ingenieros y técnicos de régimen van de invento en invento y no parecen tener la capacidad de solucionar, a diferencia de profesionales independientes reconocidos y aquí se nos viene a la memoria nuestro amigo Ricardo Jiménez Castillo, uno de los más capaces arquitectos que ha tenido El Salvador y que estudió e inició la recuperación del puente sobre el río Paz, una realización de la firma John Roebling, la que construyó el Puente de Brooklyn y el Golden Gate de San Francisco, entre otras grandes obras.
Para tener un "malo" de su película, desviar la atención, el régimen ha vuelto a capturar al empresario Genaro Ramírez para que una parte de la gente siga embobada, aunque cada día son menos, pues la masa de despedidos sumariamente, sin reconocerles un centavo por los años de servicio, habla, señala, se queja y "apunta con su dedo"... Y aunque no digan nada, guardan eso en sus mentes y corazones.
Aplican a transportistas delitos exclusivos de funcionarios
El régimen todo lo arregla amenazando con los fusiles y las cárceles del estado de excepción, pero gremiales de transportistas ya han elevado su voz para protestar por las capturas injustificadas y la imputación de delitos exclusivos de funcionarios a los empresarios (peculado, incumplimiento de deberes, etc.).
Las infernales cárceles son, de acuerdo con el vicepresidente Ulloa, una especie de "alojamiento" donde inclusive los confinados "no pagan nada", lo que apunta a otra amenaza: que los allegados al régimen puedan exigir alojamiento gratis y quedarse allí "hasta que San Juan baje el dedo"...