Ecuador rechazó el intento populista de apoderarse de la nación por décadas

Sólo después de dos periodos de Correa en el poder, sostenido por masas de nulpensantes, los ecuatorianos comprendieron que sus condiciones de vida habían empeorado, que “los pasteles en el cielo” ofrecidos simplemente no se materializaron y que todo era la más cruda ficción.

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Raúl Melara se reunió con el asistente del Fiscal General de EE. UU, Bruce Swartz (centro) y otros funcionarios. Foto EDH / cortesía FGR

Por El Diario de Hoy

2021-04-13 7:43:09

Ecuador se salvó de caer en manos de un régimen populista manipulado por el expresidente Rafael Correa, prófugo desde julio de 2018, que entre otras cosas se proponía quedar veinte años en el poder, “lo que el pueblo necesita para recomponer el país”, controlar el contenido de los diarios y medios de comunicación, elevar impuestos y, no se dice, robar a manos llenas, como sucede actualmente en un país que llevamos en el corazón.
Parte esencial del programa era darle a Correa la condición de “perseguido político” para reinsertarlo en el manoseo de la cosa pública, la facultad de continuar en el saqueo y la matonería que lo caracterizó.
Durante su pestífero mandato, Correa salía en televisión rompiendo diarios, a los que insultaba y denigraba, como aquí hace el aspirante a sultán vitalicio que se refiere a periódicos de larga y honrosa trayectoria como “panfletos”, pese a que panfletero es él, patrocinador con dineros públicos de los pasquines que insultan, difaman y, por encima de todo, desinforman, mienten sin pausa.
Parte del programa de los secuaces de Correa era manipular la economía, rechazar la libertad de mercado, imponer restricciones, lo que es la más efectiva forma de hundir pueblos en la pobreza, como está sucediendo en Bolivia, donde una masa de nul-pensantes optó por “la vía al socialismo”, una ruta que en lo personal Evo suéter, el emplumado, no recorre, como muestran los vídeos del lujo que lo rodea en su guarida.
El régimen de Evo ordenó la captura de la expresidenta de Bolivia acusándola de sedición y similares delitos, un atropello que lleva un claro mensaje: quienes se le opongan, denuncien sus desmanes, expongan sus violaciones a la ley, quedan sujetos a persecución.
A esto se agrega la faceta siniestra del asunto: Evo califica la coca “como sagrada”, lo que sirve de paraguas para proteger el tráfico de drogas de las mafias bolivianas además de auxiliar a las FARC, la banda terrorista que orgullosamente apoyaban los efemelenistas afines al chavismo.
El triunfo de Guillermo Lasso en Ecuador traza una hoja de ruta para países amenazados por regímenes populistas, aspirantes a dictadores, ladronazos.
Si bien Correa pudo llegar al poder y mantenerse por dos periodos apoyado por masas de nul-pensantes, por la chusmocracia, al final de su cleptodesgobierno la población encontró que sus condiciones de vida habían empeorado, que “los pasteles en el cielo” ofrecidos simplemente no se materializaron y que todo era cruda ficción.
Correa apadrinó a su sucesor, Lenin Moreno, posiblemente creyendo que el nombre indicaba un fanatismo desde la niñez, pero por lo que fuera Moreno demostró capacidad de pensar por sí mismo, de analizar problemas, de manejarse con la cabeza, no por el hígado.

Queda en manos de los pensantes en nuestro suelo impedir que nos hundamos en un estercolero

Ecuador, debe anotarse, es un país dolarizado, un giro que tomó después que las pensiones de retiro de maestros y servidores públicos fueran el equivalente de cinco o seis dólares por mes.
Las pensiones aquí en este país son precarias después que una enorme bola de sebo robara la mitad en provecho de los ex- “alzados en armas”, a lo que se suma la amenaza del cleptodesgobernante de “reformar el sistema”, acabarse lo que queda.
Por ahora dado el control que el cleptodesgobernante tendrá sobre la Asamblea y los entes fiscalizadores, queda en manos de las organizaciones del sector libre, de los “tanques de pensamiento” como FUSADES y entidades internacionales no dejar que este país se hunda sin remedio en un estercolero.