Es imposible deja de exponer las excentricidades del nuevo inquilino de la Casa Blanca a riesgo de parecer monotemáticos, pero ahora él y su séquito insinúan que es el mejor, el invicto, el inigualable, el "rey". "De la abundancia del corazón habla la boca", dice el Evangelio, por lo que no se descarta que le picarían las manos por declararse formalmente como tal, de la misma manera como se ha atrevido a emitir tantas órdenes ejecutivas que van contra la misma Constitución y a lavarle la cara a Putin, denigrando a Ucrania y a su presidente Zelenski.
A los verdaderos demócratas estadounidenses, incluso los republicanos que son su soporte, no parece caerles en gracia, como a muchos en estas tierras cuando ven al dictador con sus lujos y trajes finamente confeccionados y recordar cómo se han gastado el dinero de las pensiones y están quitándole el trabajo a medio mundo.
El cineasta ruso Karen Shakhazarov, propagandista de Putin, dice que dos veces tuvo la fortuna de trabajar en un asilo de locos, lo que llama una experiencia "increíble": "Veo a personas que aparentemente son normales pero que a medida que pasa el tiempo van cayendo en asombrosas incongruencias...".
Lo anterior aplicaría a Trump, pero igualmente describe a Putin, cuyo último atropello ha sido encarcelar bajo cargos de "terrorismo" a los abogados del asesinado opositor Alexei Navalni solo porque lo defendieron.
Trump, según especialistas, sufre al parecer de una "megalomanía maligna" al punto de sostener en público que él esta sobre las leyes, que sus actos son destinados a "mejorar el mundo", pero particularmente los Estados Unidos, aseveraciones que nada tienen que ver con la realidad. Como le dijo Lula, "quiere ser el emperador del mundo".
En la mitología griega, Narciso estaba tan enamorado de sí mismo que pasaba contemplándose en fuentes y corrientes de agua, hasta que los dioses lo convirtieron en un sauce que florece a la orilla de ríos...
El "narcisismo maligno", la egolatría sin freno, se cierne como una sombra sobre Europa y el Medio Oriente; Trump pretende que las propuestas para resolver la agresión rusa sobre Ucrania y la situación del Medio Oriente deben ajustarse a las suyas, incluyendo echar de la franja de Gaza a los palestinos y hacer de esa tierra "una nueva riviera", lo que tanto ellos como las naciones árabes rechazan de entrada.
Pero las propuestas del excéntrico gobernante no se detienen allí, sino que pretende anexionar Canadá y tomarse Groenlandia y el canal de Panamá.
Trump cree tener la autoridad para terminar con la agresión rusa a Ucrania, que en cuestión de días llega a su tercer año, lo que ha hecho que los europeos convoquen a una conferencia para trazar su propia política respecto a ese horror, sabiendo que lo que Trump imagina que puede ser una solución únicamente serviría para dar al criminal de guerra y asesino serial Putin la oportunidad de armarse y amenazar no solo a Ucrania, sino a toda Europa.
Finlandia, Suecia, Polonia, los países bálticos están rearmándose para hacer frente a una agresión rusa, pensando sin duda que Trump, a quien lo único que importa es tratar como criminales a los inmigrantes, sería un "aliado" nada confiable, más cuando ha declarado que piensa salirse de la OTAN, el escudo de defensa de Europa.
Por lo menos ya se habla de acabar con la amenaza nuclear de Irán
Hasta ahora chinos, rusos e iraníes se han coaligado estratégicamente frente al mundo libre, pero está en duda si Estados Unidos seguirá distanciándose de los Aliados, aunque ha ofrecido la asistencia necesaria a Israel para de una vez por todas acabe con la lacra de Irán y su objetivo de contar con un artefacto atómico para extorsionar al mundo entero además de lanzarlo sobre Israel...