De la gloria a la tragedia, la vida de Maradona

Los mayores logros deportivos de Maradona remiten a su selección Argentina, a la que defendió siempre y hasta perdía dinero cada vez que era convocado. Con la albiceleste llegó a su gloria máxima al levantar la copa mundial en México 86

descripción de la imagen
Foto EDH / Cortesía Embajada Americana

Por El Diario de Hoy

2020-11-26 8:03:34

De un paro respiratorio murió Diego Maradona, el gran astro argentino que osciló entre la gloria y la tragedia, víctima de sí mismo, de los daños que hace al organismo toda práctica deportiva extrema y de su desmedida afición por las drogas primero y el alcohol al final de su vida.
Los mayores logros deportivos de Maradona remiten a su selección Argentina, a la que defendió siempre y hasta perdía dinero cada vez que era convocado. Con la albiceleste llegó a su gloria máxima al levantar la copa mundial en México 86, torneo que fue genio y figura. Y llevó a Argentina a la final en Italia 90, donde se dice que la mafia de FIFA no le permitió ser campeón.
Antes de eso, fue campeón juvenil en el Mundial Japón 79. A nivel de clubes, sus logros más importantes fueron los dos scudettos y la copa UEFA ganados con Napoli y el título argentino que ganó con Boca Juniors.
Maradona escribió páginas imborrables como futbolista, siendo uno de los grandes astros de todos los tiempos, a la altura de Pelé, de Alfredo di Stefano, el alemán Beckenbauer, el italiano Paolo Rossi, el holandés Cruyff, el francés Zidane, así como de las ahora grandes estrellas del deporte como el lusitano Cristiano Ronaldo y el argentino Leo Messi.
Ya como extraordinario futbolista, aclamado por las multitudes y seguramente acosado por chicas guapas, Maradona comenzó a “darse tragos”, a andar de fiestas, a probar sustancias para potenciar facultades físicas, lo que, según se dice, hace caer a tantos en el uso de la cocaína: en un inicio, en su ruta al infierno les permite trabajar más horas, resistir grandes fatigas, etcétera…
Toda ruta a la perdición es llana y fácil en sus inicios, pero va volviéndose más escabrosa y acechada por fieras mientras más lejos se marcha, lo que a cada paso vuelve mucho más difícil echar marcha atrás..
La mayoría no lo consigue nunca.
Sin drogas y sin posteriores excesos de la clase que sean, los grandes deportistas en todas las disciplinas enfrentan serias consecuencias de sus pasadas proezas, como ha sucedido en nuestro suelo con apreciados campeones de físico-culturismo y levantamiento de pesas, corredores, boxeadores…
En Estados Unidos los jugadores del fútbol americano, caracterizado por embestir a sus contrincantes con sus cuerpos y sus cabezas, al pasar los cincuenta años sufren problemas en sus cuellos, sus articulaciones, sus manos y sus pies, en su organismo.
En igual manera los corredores, pasados sus mejores años, sufren en sus articulaciones, rodillas, caderas… todo se vuelve problemático, con el adicional problema de que al estar comprometidos tantos órganos del cuerpo, es más difícil continuar con programas de calistenia, lo que puede hacerles caer en la obesidad, en barrigas deformadas, lento andar y, en muchos casos, demencia.
De allí la máxima griega: nada en exceso, lo que no se aplica a jóvenes que quieren llegar a la cima de sus deportes, obligándolos a dar lo máximo en entrenamientos y competencias.
El deporte y el fútbol solo deslumbran en sociedades libres
Maradona, se dice, murió el mismo día “que su amigo Fidel Castro”, el desquiciado déspota cubano que lo usó en beneficio de la imagen del destartalado régimen castrista, como sucedió al gran escritor colombiano Gabriel García Márquez.
Maradona no vaciló en respaldar a Hugo Chávez, el demencial destructor de Venezuela… en algún momento, o desde muy joven, Maradona fue seducido por las prédicas marxistas, supersticiones que nunca abandonó.
En el episodio castrista destaca un hecho: nunca se habló de fútbol cubano por un trágico hecho: el fútbol solo florece en sociedades libres.