El hombre es el lobo del hombre cuando es el sostén de tiranos

Lo que está sucediendo con la soldadesca alrededor del “mismo saqueador de siempre” dio lugar a que el Encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos, Brendan O’Brien, recordara a los militares el mandato constitucional que ordena la apoliticidad del Ejército.

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Ricardo Lara es médico, con experiencia en Salud Pública. Foto EDH / Francisco Rubio

Por El Diario de Hoy

2021-02-18 10:13:28

El joven pastor gritaba “¡viene el lobo!” para que otros llegaran corriendo a auxiliarlo y así burlarse de ellos, hasta que un día efectivamente atacó el lobo al rebaño, pero nadie acudió para socorrerlo…
Lo que mutatis mutandis, con un cambio de circunstancia, sucede en estos momentos en España: la ministra de Medio Ambiente dispuso que era vitalmente importante proteger de la “extinción” a los lobos, por lo que ha prohibido que los maten, con el consiguiente desmayo de quienes cuidan rebaños de ovejas y otros animales, que quedan indefensos ante las agresiones de tales fieras.
El lobo es la amenaza proverbial contra el hombre, como lo recoge la frase “homo hominis lupus”, el hombre es el lobo del hombre, su implacable verdugo.
Los dictadores —Aleksandr Lukashenko, Putin el envenenador, Xi Jinping, el norcoreano Kim Jon-un, los militares birmanos— son las jaurías que acosan, diezman, persiguen, encarcelan, torturan y matan…
¡Dios cuide a un pueblo de no caer en las garras de tiranos, como amenaza el futuro de El Salvador el cleptodesgobernante, que desde su acceso al poder se ha rodeado de la soldadesca, “chafarotes” que reniegan del mandato constitucional que ordena la apoliticidad y no deliberancia del Ejército!
Las soldadescas han sido universalmente el expediente para someter pueblos, no para protegerlos de la agresión externa o la interna. Fueron ejércitos patrióticos, uno de ellos encabezado por el general salvadoreño Ramón Belloso, los que derrotaron a los filibusteros de Walker en su intento de formar un régimen esclavista en Nicaragua…
Como un dato al margen, al dispersarse los sobrevivientes de la tropa reclutada por Walker muchos se refugiaron en países limítrofes a Nicaragua, entre ellos los antepasados de distinguidas familias del oriente de El Salvador, región que también recibió a personas ligadas al destronado Maximiliano I de México.
“El mismo saqueador de siempre”, el que viene echándose bienes públicos al bolsillo desde sus tiempos en Nuevo Cuscatlán, ya formó su guardia pretoriana al estilo de los emperadores romanos, en diminuta escala pero igualmente capaz de convertirse en los lobos que amenazan a hombres decentes y pacíficos, a los que se niegan a renunciar a su derecho de ser pensantes y honestos, a su independencia como hombres libres.

Las soldadescas al servicio de déspotas facultan su entronización

Lo que está sucediendo con la soldadesca alrededor del “mismo saqueador de siempre” dio lugar a que el Encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos, señor Brendan O’Brien, recordara a los militares el mandato constitucional que ordena la apoliticidad del Ejército.
En otros términos, la reprochable conducta de la soldadesca alrededor del “mismo saqueador de siempre” no está pasando inadvertida en el exterior, aunque a algunos los premien por sus repugnantes procederes con nombramientos consulares que obviamente no tienen la capacidad de desempeñar en bien de salvadoreños y foráneos que busquen asistencia en una de tales oficinas.
Lo que viene sucediendo, lo que es el estercolero en que el país ha caído, evidencia el deber que tienen los buenos salvadoreños, los que no son nul-pensantes, de acudir a votar el 28 de febrero, cumplir con lo que es un deber cívico democrático.
No vale dejar en manos de otros nuestro futuro, tener que pagar el desvalijamiento que “el mismo saqueador de siempre” viene perpetrando desde sus días en Nuevo Cuscatlán y que ha llevado la deuda externa del país a una cifra cercana al 100% —si no es que la ha sobrepasado—, hecho infame que tendrán que cargar hijos y nietos…