EE.UU. corta la ayuda señalando corrupción, pero el que maneja los fondos públicos es el régimen

La corrupción desbocada desalienta los esfuerzos de productores, sectores sociales e inversionistas tanto locales como foráneos, para ampliar sus negocios, invertir e inclusive quedarse en un país y no anhelar irse fuera, como de hecho está sucediendo: más y más salvadoreños no ven futuro para sí y los suyos, pues si el régimen cae encima de lo que puede, cada vez hay menos recursos para lo positivo.

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Por El Diario de Hoy

2021-01-03 8:38:33

Cada nuevo año presenta oportunidades, desafíos y amenazas pero asimismo continuidad de lo que venimos haciendo.
La mayoría de nosotros tiene la buena fortuna de contar con una familia, de amigos en su mayor parte leales, de hábitos que ayudan a desenvolvernos sin tener que “inventar” todo el tiempo: seguimos rutinas, trabajamos en lo mismo, nos cuidamos y protegemos a quienes dependen de nosotros.
Pero el 2020 fue un año de horrores, desde la infernal pandemia hasta los abusos de poder de Bukele, entre lo que sobresale el asalto a la Asamblea con fuerza militar, su desacato a lo que prescribe la Constitución y a los acuerdos legislativos, su siembra de odio vía troles y ultrajes.
El más reciente episodio del drama nacional es la suspensión de la ayuda militar a El Salvador “por corrupción”, un cargo de gran significado por un hecho: el único que maneja fondos públicos en esta tierra es Bukele y su grupo de asociados y hermanos, nadie mas.
Que un alcalde se eche dineros de la comuna en su bolsillo, que policías suelten a pandilleros a cambio de coimas, que el encargado de compras de un almacén o fábrica reciba sobres debajo de la mesa, etcétera, no va a ser la causa de que los Estados Unidos suspenda la ayuda militar a nuestro país, pues de ser así y, como “en todas partes se cuecen habas”, ni Estados Unidos ni ninguna nación europea tendría programas de asistencia de ninguna naturaleza.
Ningún funcionario público en este suelo hace compras amañadas a título personal, a escondidas del “jefe”: toda sinvergüenzada, desde pagar por hoteles para usarlos como centros de confinamiento pero muy por encima de su valor en el mercado, o alquilar un edificio por más de su costo, es parte del saqueo.
Tal saqueo, tal corrupción, se viene denunciando por congresistas y observadores de la situación nacional, pues tienen muy claro un hecho: los únicos que manosean fondos públicos en este país son Bukele y sus “asociados”…
El ansiado nuevo botín parecen ser los fondos de pensiones
Los dineros del FODES, los fondos para continuar con los programas de FOMILENIO, “etcétera, etcétera, etcétera”, como decía el Rey de Siam, con toda probabilidad ya se esfumaron y son ahora parte del patrimonio de la familia…
Esto, en cierto modo, no es una gran novedad, pues los corruptos siempre roban para sí y sus allegados, aunque tengan que montar sus propios anillos de cómplices en el aparato estatal.
Al suspender la ayuda militar a El Salvador “por corrupción” el mensaje es muy claro: saben quién encabeza el grupo en el poder y quiénes son sus principales miembros…
La corrupción desbocada desalienta los esfuerzos de productores, sectores sociales e inversionistas tanto locales como foráneos, para ampliar sus negocios, invertir e inclusive quedarse en un país y no anhelar irse fuera, como de hecho está sucediendo: más y más salvadoreños no ven futuro para sí y los suyos, pues si el régimen cae encima de lo que puede, cada vez hay menos recursos para lo positivo.
Lo último es el anuncio del régimen de que propiciará una reforma del sistema de pensiones, lo que debe interpretarse como un plan para embolsarse lo que queda para los pensionados, literalmente dejar el futuro de trabajadores en la peor miseria, hacer mendigos de ellos.