¿Diálogo con la dictadura venezolana? Ni por idealismo o ingenuidad

La última satánica barbarie perpetrada por el narco-régimen es el descuartizamiento del militar venezolano Rafael Acosta Arévalo, que se rebeló contra la dictadura y a quien dieron muerte en forma tan atroz como la sufrida por Kashoggi, asesinado en Turquía presuntamente por orden directa del príncipe heredero de Arabia Saudita.

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Foto: Instagram

Por El Diario de Hoy

2019-07-08 2:57:30

Todo el mundo tiene pleno derecho de pensar como quiera, de comulgar con ruedas de molino, de ser idealista o hasta iluso…

Don Antonio Guterres, el portugués que se desempeña como Secretario General de la ONU, considera que la solución al horror venezolano es “el diálogo”, lo que implicaría que los narcodéspotas de esa martirizada nación van a sentarse con sus víctimas a buscar una tranquila salida a las ejecuciones, las torturas, el desastre sanitario, el imbecilismo que ha hecho presa de los cabecillas de esa mafia criminal.

Esto es equivalente a que:

—el lobo dialogue con el cordero;
—el sicópata dialogue con Mélida y Mauricio;
—los asesinos dialoguen con sus setenta y tantas mil víctimas;
—Vlad, Drácula, con los que empalaba y destrozaba…

La última satánica barbarie perpetrada por el narco-régimen es el descuartizamiento del militar venezolano Rafael Acosta Arévalo, que se rebeló contra la dictadura y a quien dieron muerte en forma tan atroz como la sufrida por Kashoggi, asesinado en Turquía presuntamente por orden directa del príncipe heredero de Arabia Saudita.

Los esbirros de Maduro pretendían que el cadáver del capitán Acosta Arévalo se descompusiera antes de entregarlo a sus deudos para destruir evidencias, pero no se logró y la espantosa muerte quedó en evidencia. Lo que debe no solo hacer que don Antonio Guterres rectifique, sino que el mundo mida la clase de monstruos que detentan el poder en Venezuela.

Los cárteles de la droga que controlan el norte de Centro América y las rutas hacia Estados Unidos que pasan por México se combaten unos a otros con similar barbarie, como lo atestigua la misma historia del “Chapo” Guzmán.
Pero después de las amenazas tanto de Trump como de Bolton, de “tener sobre la mesa todas las opciones”, nada han hecho para solucionar el drama venezolano, o más bien han dejado que rusos y chinos se metan en el baile, dejando a toda Hispanoamérica y a los mismos Estados Unidos amenazados por la droga.

La droga es el motor detrás de las pandillas criminales en la región, que ya operan en varios estados y ciudades de Norteamérica, llegando al extremo de perpetrar asesinatos de policías en Nueva York y de centroamericanos en todo el vasto territorio.

El “diálogo” sólo ha sido un recurso para que la dictadura de Maduro gane tiempo y haga pequeñas concesiones, como liberar a 20 presos políticos u ordenar la “investigación exhaustiva” de la muerte de Acosta, como lo hizo tras la visita de la Alta Comisionada de la ONU, Bachelet, pero no más. Mientras, el pueblo venezolano sigue muriéndose de hambre y represión y huyendo a los países vecinos.

Los nuevo monstruos de la modernidad: la droga y los totalitarismos

En la mitología griega, la Hidra, un monstruo de mil cabezas, amenazaba al mundo y a los mismos dioses, hasta que Hércules la aniquiló, como Perseo mató a la Gorgona Medusa, que convertía en piedra a quienes la contemplaran. Y ese mortífero poder lo colocó en su escudo Palas Atenea, la diosa protectora de Atenas.

Igual sucede en los actuales momentos en que las amenazas sobre las sociedades pacíficas son múltiples; pareciera como si no se acaba de salir de una plaga para que surja otra, como a los grandes terremotos siguen las réplicas.