En estos difíciles momentos hay que trabajar en lo que salga

Por ahora, en el Primer, Segundo, Tercer, Cuarto... mundos, o en el “desastre mundo” en que nos encontramos los pipiles, la regla debe ser “trabaja, amigo, en lo que puedas”; ya llegará la oportunidad de escalar, encontrar mejores condiciones si pones buen empeño en lo que haces.

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Foto: Alecus

Por El Diario de Hoy

2021-06-24 8:47:38

En ocasión del Día del Trabajo el Papa Francisco hizo una serie de consideraciones sobre el trabajo en general, las disposiciones sobre empleo en los distintos países, el papel de la OIT, remuneración y condiciones laborales.
Es natural, no podría ser de otra manera dada su investidura, que el Papa pida que las labores sean seguras, la remuneración “digna”, que se prohíba el trabajo infantil al igual que en actividades peligrosas, las que por cierto más y más son desarrolladas por robots.
Pero una cosa es el buen deseo, lo que todos quisiéramos estuviera accesible a la gente urbi et orbe, y otra las realidades de cada nación, cada tiempo, cada particular circunstancia.
En estos momentos y a causa de la pandemia, la gente trabaja en lo que puede y en nuestra tierra salvadoreña muchas personas están dispuestas a trabajar por la comida, la que les den sus empleadores y puedan llevar a casa.
Acá el saqueo es permanente, sin pausa. Cada vez se advierte más que el siguiente e inminente paso del cleptodesgobierno es robarse los fondos de pensiones, algo que debería despertar a los domesticados en la “Asamblea Legislativa”, ya que también SUS PENSIONES, las de sus conocidos y familiares, las de sus hijos que han ido integrándose al mercado laboral, va a embolsarse el cleptodesgobernante para llenar SUS PERSONALES necesidades, pese al grave perjuicio que perpetra al resto de salvadoreños.
Nadie quisiera que los niños trabajen, que en vez de ocuparse de hacer esto o aquello, que vayan a la escuela, que jueguen y corran, que sean, en una palabra, niños.
Pero con frecuencia, como sucedió al inicio de la llamada Era Industrial, la alternativa a trabajar era morir de hambre. Era una situación tan dura, inhumana, que bastaba que a un niño lo sorprendieran robando una cuchara para mandarlo a la horca.
Cada uno debe esforzarse por superar sus habilidades
Por ahora los muy inteligentes de la OIT, una organización apoyada por los sindicatos estadounidenses que ven con recelo la formación de mano de obra en el Tercer Mundo, catalogan como “trabajo infantil” el que jóvenes de quince o dieciséis años, muchos de los cuales tienen sus propias familias a su cargo, ayuden en la recolección de caña.
Hace un tiempo, en Perú, las autoridades prohibieron a la OIT llegar a pontificar sobre empleo, etcétera, ya que en dicho país —ahora enfrentando una grave amenaza a lo Chávez— las condiciones eran muy diferentes al mundo “idealizado” de las organizaciones internacionales.
Por ahora, en el Primer, Segundo, Tercer, Cuarto... mundos, o en el “desastre mundo” en que nos encontramos los pipiles, la regla debe ser “trabaja, amigo, en lo que puedas”; ya llegará la oportunidad de escalar, encontrar mejores condiciones si pones buen empeño en lo que haces.
En nuestro suelo la OIT y organizaciones que dicen velar por la infancia ponen el grito en el cielo si a un niño su tío lo toma como ayudante para enseñarle oficio, todo lo cual los saca de la calle, pero no parece pasar desvelos como “Organización Internacional del Trabajo” —¡vaya rimbombante nombre!— de que las pandillas lo recluten, lo transformen en su carne de cañón.
Parodiando a Solón, uno de los Siete Sabios de Grecia ( 638 a. C.-558 a. C.), la mejor organización para el trabajo es la que promueve más empleo, facilita la movilidad y la acumulación de experiencia.