Someter el sistema monetario y financiero del país para lograr propósitos personales del clan Bukele parece ser un objetivo inmediato del régimen, de acuerdo con lo declarado por sus voceros y lo que ha sido expuesto por el periódico digital El Faro, que ha transmitido reuniones de los hermanos con grupos vinculados a criptomonedas y manoseo de variada índole.
Una moneda confiable como el dólar, el euro y el yen es la roca sobre la cual se asientan economías fuertes, inversiones y desarrollo, lo que contrasta con lo que sucede cuando se desborda lo que puede llamarse impresión de dinero, sea a través de papeles, incrementos artificiales de circulante y, en el caso actual, introducir dos nuevos medios de pago a la par del dólar, cuya adopción puso fin a la incertidumbre generada por el manejo político del colón en tiempos del duartismo, cuando el dinero se iba como agua en las manos de los salvadoreños por la inflación y las sucesivas devaluaciones.
De entrada la gran mayoría de salvadoreños rechaza las criptomonedas con las cuales el régimen pretende pagar sus obligaciones. Servicios y bienes que son generados con base en el dólar serían cancelados en cualquiera de las dos monedas, la cripto y ahora el colón-dólar, una especie de Frankenstein montado de pedazos de la actividad económica.
Uno de los movimientos que serían afectados es el envío de remesas de salvadoreños que viven en el exterior y que sostienen a sus familias que quedaron aquí; no se descarta que el régimen imponga que esas remesas de buenos y sólidos dólares se conviertan a colón/dólar o criptomonedas al pasarlas a las familias recipientes.
En otros términos, los buenos dólares que se reciben se convierten en chatarra y esa chatarra es la que recibirán los destinatarios.
¡Negocio redondo! Me embolso tus dólares y pago a tu gente con lo que yo imprimo....
En su momento, en la ruta escabrosa que recorrieron los argentinos, el régimen imprimía dinero y forzaba al país a aceptarlo como medio de pago, llegando al punto de caer encima de las cuentas bancarias con un “corralito”.
En tales circunstancias, como ahora bajo la narcodictadura venezolana, lo que se atesora cuando se tiene son monedas fuertes o bienes tangibles, pues los papeles del régimen se devalúan día a día.
Como los ludópatas, los diputados hunden en deudas el país cada martes
Pero acá la gran ocurrencia es tener simultáneamente tres medios de pago: el dólar, la criptomoneda y el “colón/dólar”.
Que nadie se asombre si en unos días aparece otro Frankenstein monetario, una cuarta moneda, pues “en río revuelto —revuelto de monedas y de ocurrencia y ocurrencia— ganancia de pescadores” sabiendo todos quiénes son esos pescadores...
Manipular dinero equivale a manipular vidas ajenas, las vidas de quienes no tienen defensas frente al descaro y la voracidad de mandatarios, dictadores, señores de la guerra. Ha sucedido a lo largo de la historia con los mismos trágicos resultados, el mismo saqueo, lo que vienen practicando estafadores de toda laya a costa del hambre de hombres, mujeres y niños.
Los conocedores, los buenos economistas son unánimes en rechazar los meneos del régimen con la economía, los imparables endeudamientos (es rara la semana en que la legislatura al servicio del clan no apruebe un nuevo préstamo, préstamos que se embolsan por los “mismos desde hace 12 años” pero que son deuda soberana que cae sobre el lomo de la actual y futuras generaciones, robando el porvenir a nuestros jóvenes, nuestros hijos...