Los héroes del momento en el mundo son los abnegados médicos y enfermeras

En El Salvador algunos mezquinos han tratado de escarnecer y expulsar de sus comunidades a los trabajadores de la salud, pero la población está consciente del valor y la entrega de estos baluartes de la vida.

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Jugadores de Juventud Independiente fueron parte de los beneficiados. Foto EDH / Cortesía

Por El Diario de Hoy

2020-04-23 7:30:05

n todos los países se valora la titánica labor de los médicos, paramédicos y demás trabajadores de la salud al frente de la lucha contra el coronavirus, que sobrepasan sus horarios normales, en ocasiones cumpliendo jornadas de 48 horas en sus esfuerzos para salvar vidas humanas.
En Italia, en Francia, en Sudamérica y África, hasta en la teocracia de Irán, donde muchos viejos y jóvenes se desploman y mueren a la vista de todos, los médicos son vitoreados, son los héroes del momento.
Políticos, actrices y personas de negocios que se graduaron como médicos pero que dejaron la profesión se han incorporado a hospitales y clínicas para ayudar en la emergencia, al igual que estudiantes de medicina de últimos años que han recibido sus títulos de manera exprés y han sido reclutados en la batalla contra la pandemia.
El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, médico de profesión que usa muletas, supervisa lo que se hace en clínicas y hospitales, labor que desempeña durante muchas horas cada día…
Cada nación hace lo que puede de acuerdo con sus condiciones, la educación de sus pobladores, sus sistemas hospitalarios antes de la pandemia y la disciplina de la gente, loable entre noruegos y japoneses, más que deplorable en algunos países de África y, por desafortuna, en este suelo, como se pudo ver con las muchedumbres que se agolparon en los CENADE y el descuido de la gente en ciertos lugares de la capital y el interior, donde lanzan máscaras y guantes al suelo sin consideración a las infecciones que puedan causar.
Es aterrador lo que puede suceder en las villas miseria de la India, de Brasil, en partes de Centroamérica donde ni siquiera pueden lavarse las manos con jabón, la recomendación básica, pues el agua que les llega, cuando les llega, está contaminada.
Poner en orden los sistemas de producción, tratamiento y distribución del agua nunca fue prioridad para ningún gobierno y menos para los efemelenistas, que dejaron saqueadas clínicas y hospitales. Actualmente las cosas siguen igual pese al escándalo del agua pestilente en el Gran San Salvador en enero.

Los abusos de poder y los desacatos están en la mira de muchas organizaciones

En El Salvador algunos mezquinos han tratado de escarnecer y expulsar de sus comunidades a médicos y enfermeras, pero la población está consciente del valor y la entrega de estos baluartes de la vida.
El gobierno les llama “héroes”, pero al mismo tiempo el presidente Bukele vetó un decreto que contemplaba más recursos para los médicos, incluyendo un seguro de vida. El argumento fue que se carece de los fondos, por lo que sugerimos que él se siente con grupos de médicos, se analice lo que puede hacerse en esta emergencia y en cuanto tiempo, que tracen un calendario y pongan manos a la obra, pues tanto el gobierno como los médicos y la población tienen el mayor interés en que logremos superar esta durísima prueba sin tantas víctimas y sin destruir fuentes de trabajo. La gente tiene que comer, o como dicen en África los que se disputan granos y alimentos enviados por organizaciones caritativas, “preferimos morir de la infección pero no de hambre”.
El gobierno no puede continuar ignorando duras realidades nacionales, decidir “por sí y ante sí” pretender que lo sabe todo. Aunque crea que nadie tiene puestos su ojos sobre El Salvador, la realidad es muy distinta: desde la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, hasta comités del Congreso de EE.UU. condenan los graves abusos.