Ante la amenaza del coronavirus no tiene sentido lo del lento barquito

Las emergencias en varios países al mismo tiempo, como en el caso de la actual epidemia, pone presión al sistema financiero mundial. No es nada sensato estar al borde de una crisis sanitaria de graves proporciones y tener la cabeza clavada en lo del barquito.

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El lateral derecho del Real Madrid, Dani Carvajal, lucha por el balón frente al lateral izquierdo portugués del Getafe, Vitorino Antunes. Foto/EFE

Por El Diario de Hoy

2020-03-10 6:30:47

Ante la realidad del coronavirus, una plaga que puede causar estragos en la población, el gran e inexplicable sofoco del régimen es la compra de un barco que se dice que no tiene ni la velocidad ni las necesarias dotaciones para cumplir con el objetivo de perseguir lanchas del narcotráfico, objetivo que tampoco cumplirían los helicópteros usados que son parte del paquete de los ciento nueve millones.

¿Qué hay detrás de todo esto, cuando tampoco se habla de llevar a cabo una licitación transparente y pública para adquirir tales equipos?
Con la desesperación y las medidas de fuerza militar mostradas desde el 9F parece que las prioridades del actual régimen están cabeza abajo en el tiempo del coronavirus.

Inclusive, y de nuevo agregaremos “en el tiempo del coronavirus” se ha llamado a una licitación para construir un gran aeropuerto, que por un tiempo será un elefante blanco para hacer el simulacro de que funciona, para terminar abandonado como tantos otros aeropuertos en el mundo, como los aeropuertos de Castellón, de Murcia y particularmente Ciudad Real.

Dichos aeropuertos exhiben el derroche de dinero durante el auge económico, lo que debe de haber enriquecido a muchos sinvergüenzas.
Volvemos al inicio de esta nota: ¿cuál es el motivo del gran sofoco por el préstamo del barquito, cuando lo verdaderamente urgente es preparar el sistema de salud para combatir el coronavirus, lo que incluye unidades móviles, trajes para que médicos, enfermeras y personal hospitalario puedan atender enfermos sin contagiarse, construir clínicas para atender casos graves.

¿Se ha presentado alguna propuesta en tal sentido en la Asamblea? Hasta donde sabemos, no hay nada al respecto.

Las emergencias en varios países al mismo tiempo, como en el caso de la actual epidemia, pone presión al sistema financiero mundial. No es nada sensato estar al borde de una crisis sanitaria de graves proporciones y tener la cabeza clavada en lo del barquito.

Hay forma de construir complejos hospitalarios de emergencia y más adelante usar esos materiales o las mismas instalaciones para complejos hospitalarios permanentes, escuelas (más considerando el estado ruinoso de muchas de ellas) o lo que sea necesario.

Cerramos fronteras y encuarentenamos, hay que ser consecuentes en todo

Por una parte… El Salvador ha cerrado fronteras en el sentido de no dejar entrar viajeros procedentes de Italia, de Irán, últimamente de Francia y de Alemania, mete en cuarentena a los salvadoreños que vengan de esos lugares pues no se puede constitucionalmente negarles volver, aunque eso implique encerrarlos por cuarenta días y cuarenta noches…

Hay quienes dicen que el coronavirus es “como un fuerte resfriado”, pero al ver lo que está pasando en Irán, donde muchos jóvenes se mueren en la vía publica al no poder respirar, todos se espantan.

La Asamblea debe poner las prioridades donde deben estar, pues la pataleta del barquito equivale a poner la carreta delante de los bueyes, a ocuparse más de las bebetorias con los cheros el fin de semana que de la educación de los niños o el cuidado de la vivienda y del trabajo.

Señores diputados (y aquí incluimos a todos, hasta a los oficialistas), pongan los pies sobre la tierra y recuerden que lo primordial es proteger a la gente, cuidar su salud, no perder la cabeza por lentos barquitos.