En China el régimen quiere regular lo que la gente come, “evitar desperdicio”

Los racionamientos, restricciones a la libertad individual, las mordazas... todo eso empobrece, coarta iniciativas, lleva a más y más controles, eventualmente a sufrimiento y miseria como está sucediendo en Bielorrusia bajo la bota de Lukashenko

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El comunicador tiene muchas recomendaciones para los amantes de los proyectos audiovisuales. Foto EDH / Instagram Henry Urbina

Por El Diario de Hoy

2020-09-01 10:00:05

En China el régimen ha lanzado una campaña para “no desperdiciar comida”, dictando reglas para que no se coma más de la cuenta, por lo que inclusive llega a pedir a los restaurantes que no sirvan más de dos platos a cada comensal, lo que aquéllos en su mayor parte rehúsan hacer, pues el objetivo de todo negocio de comida es vender lo más que se pueda para así también ganar lo más que se puede.

Después de las espantosas hambrunas infligidas por Mao a los chinos, lo que llevó a la muerte a decenas de millones de infelices seres, comer “como da la gana” es una especie de idea fija, de aspiración de la mayor parte de chinos.

Se nos dice que comer un tanto más de la cuenta es exhibir la propia prosperidad, “su alto poder adquisitivo” como lo llaman los españoles. Y los chinos que pueden, nos relata un artículo de CNN, comen exquisiteces tales como aletas de tiburón y huevos de cien años, lo que efectivamente son “exquisiteces” como bien sabemos los que hemos tenido el privilegio de degustar.

Los huevos de cien años realmente son de treinta un tanto más un tanto menos, habiendo inclusive fórmulas para lograrlos en menos tiempo…

Levantarse de la mesa con la tripa rebosante de comida es un muy mal hábito que lleva a la obesidad y de la obesidad a corto plazo al otro mundo… la buena regla es siempre levantarse de la mesa con algo de hambre.

En China están pidiendo a la gente no comer tanto, en nuestra tierra el problema es inverso: muchísima gente a duras penas logra comer lo suficiente a causa de la pandemia y las inagotables torpes ocurrencias del excelentísimo.

El problema de exceso de comida es radicalmente opuesto a la situación en que el comunismo extremo ha llevado a Norcorea: comen lo que pueden y fueron forzados a entregar sus mascotas para ser comidas, seguramente dando prioridad a los militares sobre cuyas bayonetas están   sentados Kim Jong-un y su hermana.

Las historias de la espantosa hambruna causada por las torpes decisiones de Mao, que iba de horror en horror sin aprender, son desgarradoras, comenzando por haber obligado a un hombre a enterrar vivo a su pequeño hijo por haber robado comida.

El hombre fue forzado a ello pero dos semanas  más tarde murió…

Las pésimas experiencias de otros deben alertar a los que piensan bien

Las míseras cuotas alimenticias se convirtieron en “moneda de cambio”: los comisarios de distrito con frecuencia pedían a cambio de favores, o para cubrir faltas, ceder cuotas alimenticias…

Otra de las descomunales barbaridades de Mao fue forzar a la población a crear “altos hornos caseros” para acelerar la producción de acero, con lo cual, imaginaba, iba a acelerar la industrialización del país; el plan fue un fracaso y dejó sin sus ollas y utensilios de metal a millones de chinos.

Los racionamientos, restricciones a la libertad individual, las mordazas… todo eso empobrece, coarta iniciativas, lleva a más y más controles, eventualmente a sufrimiento y miseria como está sucediendo en Bielorrusia bajo la bota de Lukashenko, cuya última bofetada a sus connacionales fue la de cancelar permisos de corresponsales extranjeros.

Hay que escarmentar en pellejo ajeno, no olvidar que “cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar”…