Las empresas españolas que tienen billonarias inversiones en Chile están muy atentas al rumbo que tome el presidente electo Gabriel Boric, un autoproclamado socialista que, sin embargo, ha dado esperanzadoras señales de moderar su desempeño, declarando que va a reunirse con las figuras que han conducido a la nación en el pasado, aprender de ellos.
Boric derrotó por más de medio millón de votos a los comunistas en las convenciones de la izquierda para elegir al candidato, pero la agrupación, que nunca desiste de sus meneos para cretinizar “al pueblo”, constituye el grueso de los parlamentarios que están en coalición con Boric, colocándolos en una postura muy pesante a la hora de decretar leyes o apoyar nombramientos que requieren la aprobación parlamentaria.
Boric ya aclaró que en ningún momento piensa emular al régimen salvadoreño, al que califico de “un autoritarismo populista que destruye instituciones”, casi el propio día en que proclamo su victoria.
“Me siento muy lejos de Nayib Bukele, por ejemplo. Él es de un autoritarismo populista que destruye instituciones”, declaró el presidente electo durante una entrevista al medio digital chileno La Cuarta.
Boric ha prometido consolidar un gabinete de gobierno que otorgue “certezas” a la ciudadanía.
“Estamos conscientes de que es importante para el país otorgar certezas. Vamos a actuar en consecuencia de ello, no tenemos en este momento nombres que pueda hacer públicos”, indicó al reunirse con el actual mandatario, Sebastián Piñera.
Para muchos observadores, será decisivo el nombramiento del ministro de Hacienda, ya que en sus manos está siempre determinar las cargas que se impondrán sobre productores y ciudadanos, que irán desde fomentar la producción hasta desvalijar a los productores, más cuando durante su campaña ofreció “asistencia “social”, mejoría de las pensiones (las que en nuestro suelo siempre están bajo el riesgo de que el régimen las robe, aunque ha dejado de hablar del asunto) subsidios a los que no pueden o no quieren ganarse el pan con el sudor de su frente sino que buscan obtenerlo del sudor de otras frentes... etcétera.
La elección de Boric se da tras 49 años del derrocamiento del socialista Salvador Allende después de que hundiera a Chile en un desastre económico sin precedentes para el país aunque muy similar a lo que Chávez y su sucesor Maduro han perpetrado en Venezuela: carencia de alimentos, colapso del sistema asistencial, desesperanza...
Allende siguió el libreto, la hoja de ruta, que dejó Fidel Castro después de ir de un confín a otro del país predicando la lucha de clases, pintando el glorioso porvenir que el comunismo trae consigo...
Hubo siempre una excelente relación entre El Salvador y Chile
El presidente electo no da señales de tener tales infernales entrañas como otros dictadores en Iberoamérica, por lo que puede esperarse que mucho de lo que haga se corrija al fallar, un serio tanteo de los efectos no deseables o en cambio exitosos de su gestión, pues ninguna persona sensata quiere dejar tras sí una estela de atropellos y maldiciones...
En unos meses irá perfilándose la presidencia de Boric, deseándole de nuestra parte un muy buen éxito dadas las tan buenas relaciones que históricamente hubo entre nuestro país y Chile.