Diosdado Cabello, a quien el periódico ABC de Madrid califica como el “capo di tutti capi” y ha vinculado con el narcotráfico en Hispanoamérica, dijo que “la brisa bolivariana que recorre la región se convertirá en un huracán bolivariano”, los vendavales que están causando graves desórdenes en Chile, Ecuador y Perú, además de la pretendida reelección de Evo en Bolivia.
El principal horror ha tenido lugar en Chile, donde masas de violentos han saqueado comercios, dado fuego a autobuses, automóviles y camiones, han quemado edificios y, de lo más grave, destruido el metro, uno de los mejores del mundo.
El subterráneo chileno tiene los andenes de los pasajeros al centro, para evitar que las paredes se pinten de grafitos y se empuerquen. Pero obviamente las turbas bajaron y dieron fuego y destruyeron vagones, causando daños que costará mucho dinero resarcir.
La furia y la irracionalidad de los violentos no se quedó allí, sino que irrumpieron en el edificio que alberga el diario
El Mercurio en Valparaíso, fundado en 1827, y también al periódico La Estrella. Los vándalos saquearon e incendiaron el interior; destruyeron oficinas y equipos de trabajo periodístico, en una abierta afrenta contra la libertad de prensa y de expresión.
¿Cuál fue el “chispazo” que encendió la hoguera? Que el gobierno y seguramente por el alza en los costos de transporte como a causa del gradual incremento en los precios que tiene lugar en todos los países, subió el precio del pasaje en cuatro centavos, lo que no es una cifra como para desquiciar los presupuestos de ninguna familia, más considerando que es normal que trabajadores y empleados siempre esperan que sus salarios mejoren con el paso del tiempo.
Pero lo de Chile coincide con una ola de agitación y violencia en países con gobiernos democráticos que comienza en Perú y sigue en Ecuador, con disturbios callejeros, incendios y enfrentamientos hasta hacer tambalear a los gobiernos, algo que Cabello dice que “le causa mucha alegría”.
A lo anterior parece agregarse el ataque de grupos de narcotraficantes que le doblaron el brazo en Culiacán a las autoridades mexicanas tras la captura del hijo del Chapo Guzmán, criminal condenado a cadena perpetua en Estados Unidos. El presidente López Obrador trató de justificarlo diciendo que al ordenar la liberación del hijo del Chapo se evitaba “un grave derramamiento de sangre”.
La burla mayor, el ingreso de Maduro al Consejo de Derechos Humanos de la ONU
Pero la burla más grande fue el ingreso del régimen de Maduro al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, pese a estar acusado de graves crímenes y violaciones contra los derechos fundamentales (asesinatos, presos políticos, población carente de alimentos y medicinas), certificadas incluso por la alta comisionada de la ONU, Michelle Bachelet.
Con aires de mucha seguridad y prepotencia, Cabello dejó entrever que esto demuestra que el régimen venezolano “no está aislado sino cada vez más consolidado” a pesar de las sanciones económicas y de ser desconocido por más de 50 países que han dado su respaldo al presidente interino Juan Guaidó.
Este envalentonamiento del chavismo parece tomar fuerza con la fundación del Grupo de Puebla, al que se define como un frente del Foro de Sao Paulo para “acabarse” al Grupo de Lima y el bloque democrático en la OEA.