Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, el banco central estadounidense (Fed), ha advertido que el impacto de la caída de la inmigración, junto con el envejecimiento demográfico, está encareciendo la mano de obra y obligando a no bajar las tasas de interés por ahora.
El presidente estadounidense, Donald Trump, reclamó nuevamente una baja de las tasas de interés, alegando que Europa ha tenido diez bajadas, sin inflación, por lo que EE.UU. “debería estar al menos dos o tres puntos por debajo» y de esta forma ahorrarían «más de 800,000 millones de dólares anuales».
Pero la semana pasada, el banco central estadounidense decidió por cuarta reunión consecutiva mantener los tipos de interés, lo cual enfadó a Trump.
En una audiencia ante el Comité de Servicios del Financieros del Congreso, el presidente de la Fed justificó esta decisión por el pronóstico de más inflación y menor crecimiento este año y argumentó que debían esperar a entender los efectos en la economía de la guerra arancelaria lanzada por Trump.
Anteriormente Powell ha explicado cómo la desaceleración de la inmigración en Estados Unidos es un factor que podría limitar el crecimiento del empleo en los próximos meses y años.
A esto se agrega que el envejecimiento de la población está reduciendo la disponibilidad de mano de obra. Esto podría llevar a que la economía solo pueda sostener la creación de alrededor de 10,000 empleos mensuales hacia finales de 2026, en contraste con los más de 100,000 actuales.
Según se informó, Powell dejó claro que la inmigración ha sido históricamente un motor clave para el crecimiento económico estadounidense y que las restricciones actuales o futuras en los flujos migratorios tienen un impacto directo en el mercado laboral, la inflación y las decisiones de política monetaria.
Además, reiteró que este fenómeno es uno de los motivos por los cuales la Fed sigue cautelosa a la hora de decidir si recorta las tasas de interés, ya que la escasez de trabajadores puede seguir generando presiones inflacionarias, especialmente en los salarios.
Perseguir a los inmigrantes trabajadores ha sido contraproducente
Especialistas explicaron a la agencia EFE que los responsables de bancos centrales suelen subir intereses para frenar la inflación, pero los recortan cuando el crecimiento se ralentiza.Sin embargo, los economistas estiman que la ofensiva arancelaria de Trump puede alimentar la inflación, disparar los precios como está ocurriendo y lastrar el crecimiento al mismo tiempo. De ahí la cautela en avalar un cambio, sobre todo si es de tres puntos, como quiere Trump.
“Los cambios de políticas siguen evolucionando y sus efectos en la economía siguen siendo inciertos”, declaró Powell, quien fue nombrado por Trump pero ha mostrado independencia frente al presidente republicano, quien lo ha llamado “estúpido” y “testarudo”. “Por el momento, estamos bien posicionados para esperar a conocer mejor el probable curso de la economía antes de considerar cualquier ajuste a nuestra postura política”.
En cuanto al impacto migratorio, se cumple lo que anticiparon muchos de que perseguir y expulsar la inmigración productiva “sería como pegarse un balazo en un pie”. Plantaciones abandonadas, restaurantes vacíos, fábricas a media fuerza laboral, ya sea por la deportación o captura o el miedo que impide saludar a la calle a los inmigrantes, evidencian el golpe autoinfligido a la economía estadounidense.
La congresista republicana cubanoamericana María Elvira Salazar también se pronunció advirtiendo que los sectores de la construcción, la agricultura y la hostelería ya están sintiendo la ausencia de mano de obra calificada y recordó que el gobierno Trump aseguró que expulsaría a criminales, no a personal esencial y que no representa riesgos para la sociedad.
A todo esto, nadie ha escuchado que el régimen salvadoreño, que se precia tanto de su amistad con el trumpismo, haya abogado por todos los salvadoreños honestos y trabajadores en EEUU para que los consideren y respeten sus derechos.
Para lo único que parece haber servido ese nexo es para que El Salvador asuma el repulsivo papel de carcelero de un gulag para extranjeros deportados y abandonados a su suerte…