Segovia y sus cochinillos lechales, uno de los grandes manjares de España

Segovia, obviamente más que los cochinillos, es una ciudad medioeval que en una época fue capital del reino, alojando a los soberanos en su famoso Alcázar, una fortaleza casi inexpugnable que ha inspirado los castillos de Disneylandia

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Fachada de funeraria que ofrece descuentos por viernes negro en Soyapango. Foto EDH/ Lissette Monterrosa.

Por El Diario de Hoy

2021-11-25 5:29:05

Segovia, la urbe española cuyo emblema es el acueducto construido hace casi dos mil años por los romanos y que al día de hoy funciona, es también famosa por los “cerditos lechales”, un manjar que atrae a centenares de miles de visitantes cada año.

¿Qué es un cerdito o una oveja lechal? Son animalitos que se sacrifican cuando todavía se alimentan de la leche de las madres, por lo que su carne, aunque se vea grasosa, es limpia de grasas nocivas e, inclusive, limpia las arterias de quienes las comen.

El festín, en Segovia, consiste en tres platos: unos “judiones de la Granja”, fabas o frijoles blancos muy grandes en una salsa que toma su sabor de chorizos y morcillas, trozos de tales ingredientes que se sirven juntos. Luego llega el gran momento, cuando el cerdito horneado se presenta en una gran fuente, con hociquito, orejitas y patitas en pleno despliegue, el que luego se corta (en ocasiones con un plato como lo hacía el legendario Cándido, titulado “mesonero mayor” y cuyo establecimiento era famosísimo y muy visitado).

El mesón de Cándido fue, durante su vida, el lugar de peregrinaje por excelencia de los que buscaban comer cochinillo, posición que ahora ocupa el restaurante “José María”, que se dice ser el que más ventas tiene en todo el reino de España.

El lechoncito se come con un pan grueso y todo se acompaña con vino tinto fresco de la casa.

Nadie olvida esas gratísimas comidas por las que muchos anhelamos volver a Madrid y coger camino a esos encuentros gastronómicos.

El Alcázar, las iglesias románicas, el esplendor de una época

Segovia, obviamente más que los cochinillos, es una ciudad medioeval que en una época fue capital del reino y alojó a los soberanos en su famoso Alcázar, una fortaleza casi inexpugnable que ha inspirado los castillos de Disneylandia. En Segovia, con el castillo al fondo, se rodaron varias películas de época.

En ese Alcázar hay salones donde se exhiben armaduras de guerreros y sus caballos, las que asustan a los niños pequeños, la capilla real de los soberanos con un retrato de la pareja que asimismo muestra lo poco agraciada que era la reina, tapices...

Pero además del Castillo Segovia cuenta con una Catedral muy hermosa y fría hasta en el verano, ya que sus muros no parecen calentarse nunca.

Esta Catedral se construyó siguiendo los trazos de un gótico moribundo, donde el espíritu del Renacimiento se hace sentir, pese a que para muchos el Renacimiento, una época de enorme esplendor artístico, es fundamentalmente italiano. Europa renacía de los “años oscuros”, del Medioevo, y buscó devolver a la vida la gloria del Imperio Romano.

Pero esas edades dejaron maravillas artísticas que al día de hoy deslumbran, entre ellas ruinas románicas, principalmente templos y claustros, de los que hay muchos en Segovia.

Las iglesias románicas son muy hermosas, con arcos circulares y no puntiagudos como en las catedrales góticas. Pero donde ese espíritu se manifiesta mejor es en la escultura, en los capiteles de columnas, en los claustros al lado de los templos, jardines internos rodeados por galerías donde se encuentran lapidas de antiguos abades y a unos metros distantes columnatas coronadas de capiteles esculpidos.

El escultor románico, anónimos genios, anteponía la exactitud de formas a las necesidades de la composición espacial, lo que explica caballeros cabalgando corceles pequeños, cabezas mayores que cuerpos.... los crucifijos, imágenes de vírgenes y santos, su colorido en las figuras esmaltadas, son una de las resplandecientes glorias del Arte Universal.