Argentina está en encrucijada ante las próximas elecciones

Los demagogos, populistas, los traficantes de ilusiones, los estafadores políticos, los que afirman tener la pomada mágica que todo lo arregla, son siempre una maldición para los pueblos.

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Un agente de la Patrulla Fronteriza rescata y detiene a los migrantes centroamericanos que intentaban cruzar ilegalmente el río Grande. Foto/AFP

Por El Diario de Hoy

2019-09-19 7:35:59

Argentina, aseguran agencias internacionales, enfrenta penurias por la falta de alimentos, una noticia que se tiene que leer y releer para digerirla, pero tales problemas son poca cosa en comparación a las hambrunas que pasan en Venezuela.

Ambas figuran entre las naciones más ricas de la Tierra en recursos y posibilidades y lo que les sucede no es de extrañar, pues las miserias de los venezolanos son obra de un demagogo, Chávez, como las dificultades de Argentina, de otro: Perón. Pero ninguno de los dos, en lo personal, pasó pobreza alguna. La familia de Chávez ahora es multimillonaria, de la misma manera como Perón se enriqueció y su primera mujer, Evita, ostentaba joyas magníficas, comparables a las de casas reales.

Lo anterior comprueba nuestras advertencias de siempre: los demagogos, populistas, los traficantes de ilusiones, los estafadores políticos, los que afirman tener la pomada mágica que todo lo arregla, son siempre una maldición para los pueblos.

La izquierda ha tratado de retratar a Macri como el villano de la película y autor de todos los males que aquejan al país, cuando en gran medida recibió una herencia de populismo y corrupción.

Perón y Evita siguen siendo una especie de leyenda para muchos argentinos, que no logran entender que los años bonancibles de Perón lo fueron porque el general se puso a gastar los ahorros del país, como cuando el hijo mayor de una familia que pierde a su padre comienza a gastarse los ahorros que hizo el pobre hombre, pero se muere antes de que la cuenta se agote: la familia se queda para siempre añorando los buenos tiempos del sabio hijo desaparecido.

Peronista es Cristina Kirchner, que se ha presentado como candidata a vicepresidenta para las venideras elecciones en octubre, pese a que la justicia investiga posibles nexos de su gobierno con el asesinato del fiscal Alberto Nisman.
Argentina, se dice, tiene las tierras y los conocimientos para dar de comer al mundo, como fue antes de Perón: Argentina era rica en todo. Y valiéndose de eso “le echó el hombro a España” después de la Segunda Guerra Mundial, cuando España estaba abandonada por todos. De allí que en Madrid una importante calle lleve su nombre.

La democracia es antídoto de excesos de toda clase

Perón fue electo presidente después de su derrocamiento dada la crisis económica que afectaba a la nación, pero no había más ahorros que gastar y el viejo líder nada logró. Pero esa realidad no penetra en la cabeza de tantos en el país, como sucede por todo el mundo: los minuspensantes son la gran fuerza política en los cuatro puntos cardinales. Una grave consecuencia de esto es que la falta de discernimiento de tantos sostiene muchas dictaduras.

Los despotismos, del signo que sean, tienden a ser muy empobrecedores, pues la prioridad de tales regímenes nunca es el bienestar de sus pueblos, sino mantenerse en el poder. Y un caso absolutamente despreciable es el de Mugabe en Zimbabue, el cabecilla de los Mau Mau que al lograr el control del país se erigió en su azote, hasta que hace un par de años los militares lo derrocaron y quedó bajo arresto domiciliar.

Casi igual es la historia de Kim Il Sung, que comandaba las tropas coreanas con apoyo de los soviéticos en la breve batalla contra un prácticamente derrotado Japón: se constituyó en el dictador absoluto y formó una dinastía de la cual Kim Jong-un es el tercero en el trono.

Argentina es una democracia y, como tal, en las próximas elecciones o las siguientes a éstas va a superar sus problemas.