Todo año trae promesas y oportunidades como también riesgos y peligros

Siempre las personas y las familias encaran amenazas, aunque muchos optan por ignorarlas, como Baltasar, el rey babilónico, no dio importancia a la mano que escribía sobre el muro...

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Javier Argueta es el asesor jurídico de Casa Presidencial. Foto: Archivo

Por El Diario de Hoy

2022-01-03 6:00:39

Todo año que inicia trae su carga de ilusiones, temores, promesa y desafíos, dejando en las manos de cada persona, familia, comunidad y colectivos aprovechar las oportunidades que van presentándose, como asímismo evadir los riesgos, peligros e inesperados acontecimientos.

El 2021 finalizó mal, con su carga de perseguidos y secuestrados políticos, destrucción de infraestructura, creciente desastre económico, autoritarismo. El régimen, que únicamente parece guiar sus pasos siguiendo “voces desde lo alto”, rechaza todo lo que es contrario a sus caprichos, a su mesianismo. De esa manera destituyó ilegalmente a la Sala de lo Constitucional y al Fiscal, despidió de un tajo a un tercio de los jueces, pretende sustituir la Constitución que juró cumplir y maneja a su antojo a los poderes legislativo y judicial.

Literalmente el aspirante a dictador rechaza lo que le es contrario, lo que choca con sus inagotables ocurrencias, negando lo racional, lo que otros piensan y plantean.

La postura, lo de “este macho es mi mula” le lleva a socavar el derecho a la libre expresión, un derecho que protege el resto de derechos y libertades fundamentales.

La Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) registró durante el año anterior 219 agresiones contra los medios informativos independientes, con hechos tan bochornosos y represivos como la bofetada de un jefe policial a nuestro reportero Jorge Beltrán, la retención ilegal de periodistas cerca de la escena de un crimen, las amenazas de personeros del régimen de violar el secreto profesional, las intervenciones de teléfonos de informadores y otros abusos de autoridad.

Según la APES, las agresiones contra los periodistas independientes se han triplicado desde que Bukele llegó a la presidencia, que para él y de acuerdo con las señales, es “un don de Dios”, como lo consideraban los monarcas de antaño. El propio día que tomó posesión intentó apresar a un fotoperiodista que se acercó más de la cuenta al semidiós.

Los periodistas, al igual que entidades cívicas, tanques de pensamiento y observadores internacionales se alarman del rumbo que está tomando el país, de la destrucción del andamiaje jurídico, de los pactos, grabados en vídeo, del régimen con las bandas criminales, de la falsa pretensión de que el plan de “control territorial” es efectivo.

A esto se agrega el rechazo a todo control sobre los gastos y despilfarros que efectúa, las compras a sobreprecio y eximir de responsabilidad, por decreto de la sumisa Asamblea, a los corruptos, a los que se valen de sus puestos para hacer negocios amañados, a los vendepatria.

Además persiste el secuestro y encarcelamiento de personas sin seguir el debido procedimiento, de reconocer su derecho a la defensa, algo a lo que están expuestos los demás ciudadanos.

La pandemia sigue siendo el otro destructor

Siempre las personas y las familias encaran amenazas, aunque muchos optan por ignorarlas, como Baltasar, el rey babilónico, no dio importancia a la mano que escribía sobre el muro...

En Bélgica sucedió, una semana antes del final de año, algo trágico que debe poner en alerta a todos: El hombre más fuerte del país, un campeón internacional de Kick-Boxing ( un arte marcial originario de Tailandia), murió de la peste que llego del oriente, del covid, pues rehusaba vacunarse confiado en su fortaleza física.

Nadie sabe cómo reaccionará su organismo ante el covid, pues si bien la mujer más… no, menos joven de España se sobrepuso a la peste, muchos jóvenes de hasta diecinueve años mueren precisamente por no haberse vacunado, lo que encierra una lección que todos en nuestro país deben acatar: vacúnense y vacunen a los suyos, pues no hay nada más terrible que morirse por irresponsable o ver morir a hijos, padres y familiares por lo mismo.

Según han denunciado altos personeros del gremio médico, el problema grave que ha sufrido el país es que las medidas contra la peste no fueron dictadas por epidemiólogos, por especialistas, sino definidas por un grupo muy cercano y dependiente de Capres, lo que condujo a muertes innecesarias, sobre todo de personal médico y sanitario (más de 160 trabajadores de la salud) a quienes no se les suministraron ni el seguro de vida ni los implementos ni insumos adecuados, llegándose al colmo de que un lote de tales equipos se compró a una empresa española de repuestos de automóviles.

Y las denuncias de corrupción siguen imparables…