El 4 de Julio, la fecha de la Independencia de Estados Unidos, en muchas de sus ciudades se celebra con fuegos artificiales, siendo de los más vistosos los de la bahía de Biscayne frente al Gran Miami, que pueden disfrutarse desde distinto puntos de la metrópolis, que en muchos sentidos funge como capital hispanoamericana.
Cada bengala es única, distinta de las que le precedieron o seguirán, todas con mucho en común como al mismo tiempo se diferencian regalando sorpresas, emociones, recuerdos a los espectadores…
La vida de nosotros los humanos es, en muchos sentidos, un tránsito a lo largo de cielos iluminados por juegos de luces, cada uno con su particular emoción, cortos fogonazos o fulgores mantenidos en los que los puntos de luz son las personas que contribuyeron con amistad, con amor, con buenos consejos, con el simple “haber estado allí” con una sonrisa o un buen gesto, para destacar sobre el fondo gris de la realidad humana.
Recordar a quienes nos cuidaron cuando muy niños, a hermanitos y primitos, a los niños del kindergarten, a maestros cariñosos, a quienes nos introdujeron a la buena música, a quien nos enseñó a conducir vehículos.
La mayoría de nosotros trabajamos en negocios, empresas y talleres por una gran parte o por toda la vida, lo que forja vínculos de diversa naturaleza con jefes, compañeros, subalternos. Con frecuencia surgen noviazgos entre ellos, los que llevan a matrimonios que en buena parte de los casos son perdurables, ya que el contacto diario les permite conocerse antes de decidir la boda.
Los que tienen la buena fortuna de dirigir empresas y actividades productivas con decenas o cientos de empleados llegan a establecer nexos prácticamente familiares con muchos de ellos, pues juntos han superado crisis, tomado parte en la evolución tecnológica de todo quehacer, enfrentado agresiones…
84 años de innovación periodística y tecnológica, escribiendo la historia…
EL DIARIO DE HOY, que acaba de cumplir ochenta y cuatro años de vida, pasó de cajistas donde cada texto se hacía letra por letra, a la revolución tecnológica y los procesos del mundo actual. Iniciamos con redactores jóvenes, idealistas, como Hugo Lindo, hasta la plantilla de escritores del momento, los mejores de la región.
Dejaron huella Rafael Álvarez Mónchez, varios exiliados nicaragüenses y guatemaltecos, Salcedo Gallegos, que fue encarcelado por un artículo que disgustó al poder, que muy raras veces no enferma de la cabeza a quienes lo detentan. Al través de los años pasaron por estas páginas plumas literarias como las de Claudia Lars y Roque Dalton.
Hace pocos días murió José Edgardo Sánchez Navarrete, que llegó adolescente al periódico —su padre pasó por nuestras oficinas y pidió que le diéramos oportunidad “al cipote”— y aquí transcurrió su vida, muy capaz y siempre sonriente, siempre amable… Posteriormente, a finales de los años 70, fue testigo del salto innovador que dio el periódico al cambiar su “sistema caliente” al moderno sistema de producción y edición por computadoras, único entonces en la región.
Se mantienen también en nuestra memoria Corina Salgado, Julieta Vásquez y Roberto Linky, Carlos Mejía, Víctor Cerón, Carlos Cabrera, Pedro Rodríguez, Rolando Monterrosa, así como otros que ya partieron como Daysi Aguilar, Consuelito Ramírez, Guillermo Peñate Zambrano, Yolanda Menjívar, Luis Fuentes Hernández, Francisco Machessini, Mauricio Vásquez, Conchita de López y Rolando Hidalgo, entre otros en la lista de mucha gente querida que dejó huella en nuestras vidas.