Al evacuar Mileto, Tales acarreó con lo más valioso: su sabiduría

Como Tales, en gran parte cada uno de nosotros es la suma de sus saberes, su experiencia, su reflexión, sus aciertos, sus errores, sus tonterías, sus impulsos, todo lo cual en parte define lo mucho o lo poco que nos separa del bruto, del cavernícola.

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Por El Diario de Hoy

2019-10-17 6:40:17

Cuando Tales de Mileto (624-546 antes de Jesucristo) fue forzado a evacuar la ciudad ante la amenaza de una agresión persa, se le dijo que podía llevar consigo sus bienes más valiosos, a lo que respondió que todo lo llevaba en su cabeza, sus conocimientos y su inmensa capacidad para pensar.
Grandes pensadores los hubo desde la más remota antigüedad, aun antes que surgiera la civilización, vale decir los primeros asentamientos humanos que adquirieron el carácter de una “polis”, que es distinto a rancheríos o comunidades cavernícolas, los pequeños asentamientos humanos formados en cuevas.
Tales, con cuyo nombre se conoce un teorema geométrico, fue uno de los tantos genios matemáticos que hubo hasta ese entonces, incluyendo a los prodigiosos pensadores y calculistas que diseñaron las pirámides de Giza, en Egipto, orientadas con una precisión de milímetros sin contar con los instrumentos de la actualidad.
A partir de Tales la historia registra con gran detalle el desarrollo de la matemática como ciencia en Occidente, pero sin documentar los aportes que sabios hindúes y árabes hicieron, entre ellos la invención del cero, el símbolo de la nada, de lo que no es.
Como Tales, cada uno de nosotros es la suma de sus saberes, su experiencia, su reflexión, sus aciertos, sus errores, sus tonterías, sus impulsos, todo lo cual define lo mucho o lo poco que nos separa del bruto, del cavernícola, lo que  vuelve comprensible la frase del pensador francés Ernesto Renan: “Lo único que me hace entender la inmensidad, el infinito, es la estupidez humana”.
Los hombres de hoy nos beneficiamos de los pensadores de siempre, de sus descubrimientos, de su legado, pero asimismo somos víctimas de los tontos, de los populistas, de los malvados, como lo demuestran tantos casos de países arruinados por los disparates de unos cuantos, como Venezuela, Argentina, Cuba, Nicaragua e inclusive nuestro martirizado El Salvador.

Argentina: de gran riqueza a las agitaciones peronistas

Como ya lo hemos dicho, Argentina es un escaparate de lo que puede suceder cuando un demagogo corrupto, Perón, llega, gasta a manos llenas la riqueza acumulada durante cientos de años y lo derrocan antes que la cuenta se agotara, dejando un mito que en gran parte se encarnó en la mujer, Evita.
Argentina pasó de ser uno de los países más prósperos de la Tierra a uno que oscila entre débiles recuperaciones y periodos de dificultades. Y todo el tiempo la sombra del peronismo se proyecta sobre su maravillosa geografía.
Argentina está entre la disyuntiva de un candidato honesto, Macri, y la peronista Kirchner, una de los abanderados del Alba chavista que tantos perjuicios y corrupción causó a Latinoamérica.
Sólo hay que ver cómo sus demás excolegas, como Lula y Correa, han sido sentenciados a prisión o tienen cuentas pendientes con la ley, mientras que Maduro y Ortega se sostienen en el poder a sangre y fuego, sabiendo que si caen en manos de la justicia tendrán que responder por centenares de muertos y presos políticos en la represión en Venezuela y Nicaragua. Todo lo que condenaban desde la izquierda lo llegaron a hacer, desde ser acusados de estar envueltos en tramas de corrupción hasta instaurar dictaduras y buscar perpetuarse en el poder con sucesivas reelecciones, como Evo en Bolivia.
Argentina tiene la posibilidad de que, si no gana Macri, el compañero de fórmula de Kichner, Alberto Fernández, haga un giro de timón y rompa con el kichnerismo, como lo hizo Lenín Moreno con Correa en Ecuador.