Aeroman, el centro de mantenimiento más grande del mundo

Aeroman es como una enorme clínica especializada donde a los pacientes (los aviones) los chequean y evalúan, curan de achaques, les cambian y refuerzan miembros, los actualizan, o como si fuera un spa donde llegan personas de cierta edad a que les hagan tratamientos.

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Por El Diario de Hoy

2019-06-10 6:10:46

Aeroman se convierte hoy en el centro de mantenimiento aeronáutico más grande del mundo concentrado en un solo lugar, con la inauguración de su sexto hangar, con capacidad para atender simultáneamente catorce aeronaves de cabina angosta y ancha.

Se trata de uno de los principales proyectos de la empresa, cuyo presidente, Roberto Kriete Ávila, apuesta por El Salvador, por sus ingenieros y técnicos, por nuestro futuro. La inversión supera los $45 millones, incluyendo la capacitación de los empleados.

Aeroman nació hace treinta y cinco años como una empresa hermanada con TACA, pero fue ampliándose con el correr del tiempo para renovar sus aviones y los de otras compañías de rango mundial, hasta ser la más grande y especializada de Hispanoamérica.

Con el sexto hangar que se inaugura hoy, de 120 metros de ancho por 128 de largo —una infraestructura totalmente novedosa en el campo de la aeronáutica mundial—, se generan 650 puestos de trabajo, esperando que para finales del año van a requerir 350 adicionales, un total de mil nuevos empleos.

Aeroman, como en su momento la Texas Instruments, es un centro de capacitación donde ingenieros, electricistas, mecánicos y otros profesionales especializados adquieren experiencia y la comparten dentro de sus equipos de trabajo. Entre las aeronaves a las que Aeroman da mantenimiento figuran Boeing, Embraer y Airbus.
Se nos dijo que la empresa trabaja de cerca con la Universidad Don Bosco, pero la demanda de profesionales va en aumento.

El CEO de la empresa, Alejandro Echeverría, dice que para El Salvador es un orgullo contar con una empresa como Aeroman que trabaje en una industria tan compleja como la aeronáutica. Por esto, Aeroman es un ejemplo para la industria salvadoreña.

Esta gran obra muestra el empuje de El Salvador

Toda estructura, maquinaria, instalaciones, medios de transporte y sistemas, requieren un permanente mantenimiento y actualizaciones y con los aviones sucede lo mismo: el uso por centenares de pasajeros día a día desgasta tapicerías, lavabos, alfombras, puertas y ventanas, motores…

Los fuselajes de los aviones tienen desgastes, requieren pintarse, enderezar los sitios donde hayan sufrido un golpe… como el cuerpo humano, para estar saludable es importante el cuidado permanente.

Aeroman es como una enorme clínica especializada donde a los pacientes (los aviones) los chequean y evalúan, curan de achaques, les cambian y refuerzan miembros, los actualizan, o como si fuera un spa donde llegan personas de cierta edad a que les hagan tratamientos.

Un avión es una estructura muy compleja donde cada parte tiene que encajar con el resto para que opere sin riesgo, que no se sufran percances para una casi plena protección a sus pasajeros y todo el personal que interviene en la industria de transporte aéreo.

Ese espíritu será el mejor aliado del nuevo Gobierno para realizar sus metas de crecimiento, de generación de empleo, de sobreponerse a la violencia y muchas otras lacras.

Aeroman es un obra primordialmente emprendida por Roberto Kriete, un esforzado y visionario salvadoreño que es reflejo de lo grande de los buenos y honestos hijos de El Salvador, los que anhelan dejar a las venideras generaciones un inapreciable ejemplo y legado de visión y mucha fe.

Personas con ese espíritu, tal patriotismo, las hay en todos los estratos sociales, desde pequeños artesanos y agricultores, hasta los que forman las cadenas de producción que enlazan a lo que se mueve y actúa en nuestro suelo.