Hallan señales de envenenamiento en Navalny, el líder de la oposición a Putin

Bukele declaró que de ser dictador mandaría a fusilar a los magistrados de la Sala de lo Constitucional, muy al estilo de Putin y de sus hijos en negra alma...

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La Corte Suprema de Justicia (CSJ) ha denunciado ataques digitales contra jueces y juezas. Foto EDH / Archivo

Por El Diario de Hoy

2020-08-25 8:32:13

Restos de veneno han encontrado médicos alemanes en Alexei Navalny, el líder de oposición ruso aparentemente envenenado en un vuelo de Siberia a Moscú con un vaso de té y a quien los rusos no querían dejar salir del país alegando que estaba en una condición muy crítica y que no resistiría un vuelo.

Fue la propia canciller alemana Merkel la que envió un avión ambulancia para recogerlo, pese a los intentos de impedir la salida.

La esposa de Navalny cuenta que en el hospital donde estaba se encontraban varios individuos con el característico atuendo de agentes de seguridad para impedir en lo posible el traslado a Alemania.

Como en la Edad Media, en la antigüedad, durante el estalinismo, envenenar o “hacer desaparecer a opositores” es la manera de silenciar la oposición, intimidar, sembrar el terror.

No es nada nuevo que Putin envenene o mande asesinar a opositores: tres disidentes rusos literalmente se desintegraron en Londres, a la vista del mundo, después que les aplicaran minúsculas dosis de polonio, un elemento descubierto por Marie Curie y que bautizó  con el nombre de su tierra natal.

El polonio es tan tóxico que un pequeño vaso del elemento puede acabar con la población de Francia.

El laboratorio de Marie Curie en París está sellado y solo pueden entrar a él, rarísimas veces, personas ataviadas con vestimentas para resistir altas dosis de radiación.

El dictador de Bielorrusia, Lukashenko, no recurre a esa clase de alta tecnología para sostenerse en el poder desde hace veintiséis años.

No hay nada más efectivo, debe de pensar, que apalear, torturar “como en los buenos viejos tiempos del estalinismo”, meter en mazmorras a los disidentes, no darles de comer…

Su última ocurrencia es ir en helicóptero con un rifle de alto poder, aunque se desconoce si desde allí disparó  contra las masas que piden su renuncia.

Durante la interpelación al “heroico” ministro de Defensa de Bukele salió a luz que varios diputados no afines al excelentísimo fueron intimidados, sus casas registradas.

El diputado Portillo Cuadra reveló que la noche anterior al fallido golpe de Estado, llegó a su casa un grupo de matones adeptos al régimen y, en sus palabras, “es un momento difícil que no lo queremos volver a vivir, no le hablo como diputado, señor ministro, sino como ciudadano, como esposo, como padre de familia, y como hijo, y se equivocan si creen que estas son cosas del pasado, porque mi casa sí fue sitiada”.

“El señor presidente de la República instrumentalizó a la Fuerza Armada y también lo instrumentalizó a usted, señor ministro”, le señaló.

Como dijo el diputado Portillo Cuadra, todos aquí estamos expuestos a abusos

Por su parte, la diputada Cristina Cornejo cuenta que ese 9 de febrero sintió miedo, “miedo de volver a los años 80, de que nuestro país se siga militarizando de una manera desproporcionada, miedo de que tengamos que pagar por querer decir la verdad”.

Días antes, Bukele declaró que de ser dictador   mandaría a fusilar a los magistrados de la Sala de lo Constitucional, muy al estilo de Putin y de sus hijos en negra alma…

Los extremos de intolerancia, el desprecio absoluto a la democracia, el autoendiosamiento, el pisoteo a la ley y al debido proceso, que es la garantía de ser juzgado con apego a derecho y no cayendo en prevaricato, de jueces que se presentan a un tribunal con el fallo listo antes de escuchar a ninguna de las partes, de leer un expediente, es la clase de vicios que deben erradicarse.

Como dijo el diputado Portillo Cuadra, lo sucedido a él puede pasarle a cualquier poblador en este país, nadie está seguro de no ser víctima de abusos, acosos y de violencia física…