Los indocumentados: si no trabajan, no comen, no sobreviven

Los centroamericanos, o hispanoamericanos que viven ilegalmente en Estados Unidos, son una enorme fuerza de trabajo por su gran diligencia y capacidad generadora de riqueza.

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El director de la PNC asegura que ningún miembro del disuelto GRP forma parte de esta nueva Unidad Táctica Especializada Policial Jaguares , UTEP. Foto/Jessica Orellana

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2018-07-30 5:00:10

Corea del Sur, como Japón, Alemania en los años de la posguerra y la misma civilización occidental, se construyeron partiendo de un simple precepto, no escrito pero inescapable: si no trabajas, no comes.

Y esa es la ley que rige la labor y las vidas de los salvadoreños y los hispanoamericanos que están o entran como indocumentados en Estados Unidos, en Europa o donde sea.

Los “sin papeles” no reciben beneficios sociales o subsidios de parte de los países donde se encuentran, pero pagan impuestos de ventas y los que van incorporados a los precios de los productos que consumen, pues todo impuesto, como lo decimos desde siempre, se incorpora a lo que consume la población, todos los que viven en un país, en este mundo, pues pagamos los impuestos que se pagan para fabricar electrodomésticos en Asia o medicinas provenientes de Europa.

El indocumentado, en su labor y actividades, no reduce las oportunidades de trabajo de los demás aunque pueda afectar a algunos grupos, pues con lo que contribuyen a la economía de los países se refleja en el crecimiento general, lo que beneficia a la totalidad de habitantes.

Y esto nos lleva a otra realidad: los Estados Unidos, como Australia, para poner dos ejemplos, son inmensos territorios poco explotados; se dice que en el Estado de Texas hay regiones tan desoladas que un automovilista puede recorrer carreteras por cuatro o cinco horas sin encontrar vestigios de seres humanos, como sucede también en el sur de Italia y el interior de España.

Es una realidad económica que el Estado de Texas puede sostener a la gran parte de la población mundial si se cultivan todos los espacios, como es también el caso de las pampas argentinas, territorios sin gente.

Si Estados Unidos tuviera la misma densidad de población de Holanda, sería una nación con un poder capaz de competir y vencer a la gran potencia que esta creándose en China gracias a su billón y medio de chinos.

Y en China, pese a ese billón y medio de chinos, hay muchas regiones poco pobladas…

Los inmigrantes
enriquecen países y
generan trabajo para otros

Los centroamericanos, o hispanoamericanos que viven ilegalmente en Estados Unidos, son una enorme fuerza de trabajo por su gran diligencia y capacidad generadora de riqueza versus los grupos que están más tranquilos con sus documentos y, por lo general, engordan como el resto de las clases “proletarias” del país, las que casi como regla se pasan las noches sentados en un sillón viendo juegos deportivos. Y bebiendo cerveza o sodas.

Una opción es la aplicada a los trabajadores de temporada que recolectan cosechas: darles oportunidad a los inmigrantes de asentarse en un par de estados y ciudades poco poblados, como los del centro del país, Detroit o Pontiac, para que allí desarrollen actividades económicas, comenzando por producir para ellos mismos. Y eso es lo que hicieron los pioneros, los pilgrims, al llegar al vasto territorio en el Mayflower: se asentaron allí, formaron sus poblados y comenzaron por producir para su propio consumo, como los holandeses que llegaron a Manhattan en el siglo siguiente.

El hombre, a menos que se trate de miembros de sectas fanáticas, es siempre riqueza, siempre civilización. Y que hombres desarraigados pueden edificar brillantes naciones lo muestra el caso de Israel, fraguado por judíos desplazados.