Siguen regañando a Ortega y él sigue masacrando

A Ortega, al igual que a Maduro y a los castristas, los protege el hecho de que son “de izquierda”, pues de no serlo, otro gallo cantaría la historia. En cambio Pinochet, García Meza, Videla y Ríos Montt fueron perseguidos sin descanso por la “comunidad internacional”. ¿Quién decide que unos son malos y otros son buenos y no ameritan pagar por sus crímenes?

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2018-07-23 9:48:48

Que la crisis, o más bien la sangrienta represión orteguista, se solucione a través del “diálogo” o “adelantando elecciones” son algunas propuestas que hacen la OEA, los obispos salvadoreños y otras entidades.

Pero, ¿se puede dialogar con individuos que solo quieren aplastar a sangre y fuego cualquier asomo de oposición como sicópatas, o que abiertamente declaran su intención de suprimir las elecciones de una vez por todas?

¿Habría sido posible a los opositores al estalinismo, a Hitler, a Perón, a Correa antes de que lo echaran del poder, “dialogar” con ellos?

A los proponentes del “diálogo” en una dictadura los muelen a palos, les pegan un tiro en la nuca o los meten en un manicomio.

Ortega, al igual que Maduro, a los que tienen vocación de suicidas que propongan “diálogos” los cogen a tiros, como a los estudiantes y la valiente gente de Masaya, bombardeada por los esbirros y escuadrones orteguistas.

El concepto de diálogo se ha torcido, pues diálogo quiere decir “a través del logos, de la razón”. Se dialoga en ocasiones en foros y debates, pero no se “dialoga” al comprar tomates en el mercado o buscar una ganga en un lote de carros usados.

Las dictaduras son la antítesis del diálogo, de la razón, de la vida en democracia y, sobre todo esto, de lo que son sociedades bajo el Orden de Derecho.

Como hemos dicho, a Ortega, al igual que a Maduro y a los castristas, los protege el hecho de que son de izquierda, pues de no serlo, otro gallo cantaría la historia.

Los dictadores de derecha son perseguidos implacablemente y nadie en las organizaciones internacionales anda invocando “diálogos” sino cárcel y escarnio contra ellos.

Persiguieron sin descanso al Sha de Irán, que se fue a refundir en una isla de Panamá; no se dieron descanso en sus diatribas y persecuciones, incluyendo intentos de encarcelarlo en España, a Pinochet; acosaron al general boliviano García Meza, al argentino Videla que aún enfrenta juicios; al guatemalteco Ríos Montt, hasta su muerte.

Respecto a ellos no se proponen “diálogos” ni se cruzan de brazos diciendo que “nada se puede hacer” como acaban de declarar respecto al dictador nicaragüense, fuera de que se “adelanten elecciones” para darle el gusto de tirar en quebradas las urnas con votos, como durante los último comicios realizados en Nicaragua.

La OEA tiene que actuar
con más vigor en
favor de oprimidos

La OEA tendrá que reestructurarse para que desempeñe una función protectora a los pueblos del Hemisferio, no “a los gobiernos” sino a sus ciudadanos, para garantizar sus derechos y libertades como asimismo velar por sus democracias e instituciones, impidiendo que mesiánicos hagan de las suyas y destruyan economías, empujando a la gente a penurias crueles pero además violentando la natural disposición de los seres humanos de querer superarse, mejorar su condición.

Mientras las dictaduras “socialistas” destruyen economías, generan pobreza, dejan sin protección de servicios y de seguridad a los pueblos, los gobiernos basados en la razón y la ley hacen prosperar naciones, promueven el empleo, cuidan el ambiente, por lo que a menos que la agenda secreta de los organismos internacionales sea mantener en el subdesarrollo a Hispanoamérica, no tienen sentido sus regaños, el cruzarse de brazos frente a la “inevitable” caída de una nación en la pobreza, la violencia, las masacres, la desesperanza.